Mundo
Ver día anteriorViernes 7 de febrero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

No hay confianza en Obama: líder de la Cámara de Representantes

Republicanos frenan otra vez la reforma migratoria

Sin solución, lo que propone el Senado y lo que plantea la cámara baja

La Casa Blanca mantiene el optimismo en alcanzarla este año

Foto
John Boehner, líder republicano de la Cámara de Representantes estadunidense, afirmó ayer que a pesar de los meses de trabajo para promover medidas sobre diversos aspectos del sistema migratorio, será difícil proceder con el tema y alcanzar un acuerdo este año, lo que golpea la esperanza de 11 millones de indocumentadosFoto Ap
Foto
Jay Carney, vocero de la Casa Blanca, aseguró ayer que en el gobierno del presidente Barack Obama se mantienen confiados en alcanzar una reforma migratoria porque 2014 representa la mejor oportunidad que hayamos tenido de promulgar una ley nueva en la materiaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 7 de febrero de 2014, p. 30

Nueva York, 6 de febrero.

El liderazgo legislativo republicano frenó de pronto, una vez más, las posibilidades de alguna reforma migratoria, al expresar dudas de que pueda prosperar en 2014, golpeando las esperanzas de más de 11 millones de trabajadores y sus familias que siguen viviendo en las sombras en este país.

El año empezó con pronósticos optimistas sobre la promoción de una reforma migratoria cuando la Casa Blanca reafirmó su compromiso de lograrla; los demócratas, tanto legisladores como el presidente Barack Obama, señalaron que estaban dispuestos a negociar con la posición republicana de promover algunos cambios parciales en lugar de una reforma integral, incluida la legalización de sectores indocumentados que cumplan ciertos requisitos, aunque sin una vía especial hacia la ciudadanía.

Pero hoy John Boehner, el líder republicano de la Cámara de Representantes, afirmó que a pesar de meses de trabajar para promover medidas sobre diversos aspectos del sistema migratorio, será difícil proceder con el tema migratorio este año. Argumentó ante medios que hay amplias dudas sobre si se puede confiar en esta administración para aplicar nuestras leyes. Y será difícil promover cualquier legislación sobre inmigración hasta que eso cambie.

Esto marcó un giro después de sus comentarios recientes en los que parecía apoyar la promoción de una reforma este mismo año, y el hecho de que la semana pasada él y sus colaboradores republicanos presentaron una serie de puntos acordados para la elaboración de una propuesta sobre migración.

Los comentarios de Boehner se dan dos días después de que el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, consideró casi imposible alcanzar un acuerdo sobre una ley de inmigración que pudiera ser aprobada por ambas cámaras, ya que existe un conflicto sin solución entre lo que se propone en el Senado y lo que se contempla en la cámara baja.

En respuesta a Boehner, la Casa Blanca insistió hoy: seguimos siendo optimistas sobre las perspectivas para un reforma migratoria integral en 2014. El vocero Jay Carney defendió lo logrado por Obama en cuanto a promover un consenso sobre el tema, así como sus esfuerzos por aumentar la seguridad fronteriza, y subrayó que aunque no será fácil vamos a trabajar con el Congreso para lograrlo y que 2014 presenta la mejor oportunidad que jamás hayamos tenido para promover la (reforma) migratoria integral y promulgarla en ley.

Pero los comentarios de los dos líderes republicanos en la legislatura indican que ambos enfrentan cada vez mayor presión de las bases conservadoras de su partido, que se oponen a cualquier legalización, y aún más, a una vía hacia la ciudadanía para los indocumentados.

Esta oposición tiene especial peso por ser año electoral para la legislatura, y muchos republicanos que podrían estar a favor de por lo menos algunos cambios en el sistema migratorio no se atreven a arriesgar su relección con este tema. Las encuestas indican que los votantes republicanos comparten lo que el electorado en general en torno a la migración, señaló el Washington Post, e indicó que una encuesta reciente que realizó con ABC News registró que esos ciudadanos votarían más por un candidato que se oponga a una vía a la ciudadanía que por uno que la apoye.

Vale recordar que aunque el Senado, de mayoría demócrata, logró aprobar un proyecto de ley de reforma migratoria integral el año pasado, el liderazgo de la cámara baja y otros influyentes líderes republicanos de inmediato declararon nula esa propuesta. Con ello se detuvo todo, no obstante las extraordinarias acciones y movilizaciones de jóvenes inmigrantes (conocidos como Dreamers), organizaciones de inmigrantes, religiosos, sindicatos y hasta empresarios de gran influencia.

Pero al inicio de este año, varios de los principales actores en este debate político de ambos partidos, así como gran parte de los promotores de una reforma, se mostraban optimistas de que algo podría avanzar. La presentación de una serie de puntos por legisladores republicanos en la Cámara de Representantes nutrió este optimismo, y a finales de enero Obama declaró que estaba alentado por las declaraciones de Boehner.

Obama y líderes demócratas, al igual que algunos de los principales promotores de una reforma en Washington, por primera vez expresaron su disposición a considerar una serie de reformas parciales, incluida la posibilidad de analizar propuestas que no ofrecían de manera explícita una vía a la ciudadanía (punto que anteriormente afirmaban que no era negociable), para facilitar la negociación con los republicanos.

A la vez, el debate se ha intensificado no sólo entre promotores y opositores a una reforma, sino dentro de las filas de los promotores, donde algunos sectores, en representación de comunidades de inmigrantes, señalaron que aceptarían reformas muy parciales, pero que por lo menos les permitieran trabajar legalmente y viajar a sus países de origen. Otros insisten en que cualquier legalización tiene que otorgar más que eso, incluida la posibilidad de un proceso de ciudadanía, y algunas garantías de participación en el ámbito tanto social (acceso a servicios médicos, educación, crédito, etcétera) como político, junto con protección de derechos básicos, para evitar la creación de una subclase permanente y vulnerable a manipulación y abuso.

Pero de pronto en estos últimos dos días todo parece indicar que el debate de nuevo se estancará en el pantano político de Washington, mientras millones de inmigrantes y sus familias son obligados a ser testigos de un juego que los utiliza como peones en un tablero de ajedrez electoral (como en los campos y las calles de este país). Por ahora, continuarán viviendo con el temor de que sus familias sean destrozadas mientras el gobierno de Obama mantiene su ritmo de deportación o expulsión sin precedente de más de mil inmigrantes por día.