Está en espera de ser descubierto y valorado, dice Armando Merino
Viernes 7 de febrero de 2014, p. 4
Aunque fue el pianista y compositor mexicano más importante del siglo XIX y principios del XX, Ricardo Castro aún está en espera de ser descubierto, escuchado y valorado
en el país.
Así lo sostiene el pianista Armando Merino, quien considera que el 150 aniversario del natalicio del músico duranguense –que hoy se cumple– es ocasión propicia para valorar su obra, a la cual define como patrimonio intangible de los mexicanos.
Su música es testimonio singular de lo que fue México en esa época (el porfiriato), que a nivel de partituras está allí materializado. Escucharla es conocer nuestra historia, de dónde venimos y por qué somos como somos. Tiene esa importancia, la misma que si escuchamos a Carlos Chávez, Silvestre Revueltas y Manuel M. Ponce
.
De acuerdo con el intérprete –quien hoy ofrece un recital en la sala Ponce del Palacio de Bellas Artes por la efeméride, a las 19 horas–, Ricardo Castro es un referente para el desarrollo de la música de concierto en México.
“Es un punto de referencia por partida doble: por un lado, su figura representa el momento de culminación –y declive– del gran periodo iniciado con el México independiente y finalizado un siglo después, con la Revolución Mexicana”, explica en entrevista
Por el otro y del mismo modo, la trascendencia de su obra como compositor y como pianista dispuso el camino de lo que en el naciente siglo XX resultaría ser para la música de concierto una nueva era
.
Armando Merino define a Ricardo Castro como un hombre moderno, acorde con su época. Como compositor, a diferencia de sus contemporáneos, señala, fue el único que se aventuró más allá de la música de salón, al abordar formas estructurales más complejas que en su mayoría estaban en desuso entre sus colegas mexicanos.
Como intérprete su carrera de pianista fue notable, ya que según lo atestigua la historia, él fue el primer concertista mexicano del que se tiene evidencia en el país, así como el primer solista nacional en realizar una gira de conciertos a lo largo de la República, hazaña que concretó en 1902, agrega.
Según el intérprete, el desconocimiento de la obra del artista se debe al desprecio que se gestó durante Revolución Mexicana y después contra todo lo que tuviera que ver con el siglo XIX.
El recital de Merino titulado Belle Époque incluye piezas que no han sido escuchadas en más de 100 años.