Moscú, 5 de febrero.

El canal de televisión independiente Dozhd (Lluvia), que distribuido por cable llegaba a más de 40 millones de espectadores, se encuentra al borde del cierre después de que los cinco grandes distribuidores locales de televisión con señal restringida, tanto vía satélite como por cable, lo retiraron de su oferta.

Aseguran éstos que no hay conspiración para hundir a Dozhd, pero el director de contenidos del canal, Mijail Zygal, no tiene duda de que los distribuidores están cumpliendo un encargo político, se sobrentiende, del Kremlin.

Sirvió de pretexto una encuesta que, en ocasión del reciente 70 aniversario de la liberación de Leningrado del sitio de casi 900 días que le impuso el ejército hitleriano, se limitó a la pregunta: ¿No habría sido mejor entregar Leningrado para salvar cientos de miles de vidas?, en relación con el millón 200 mil habitantes de la ciudad que, según cifras extraoficiales, murieron de hambre y frío entre 1941 y 1944.

Aunque la pregunta estuvo no más de 15 minutos en la página web del canal, provocó un alud de críticas en las redes sociales y los responsables de Dozhd cancelaron la encuesta considerándola un error y presentaron una disculpa, aduciendo que no era su intención ofender a nadie.

Sin embargo, diputados de la bancada oficialista retomaron el tema en la tribuna de la Duma y acusaron al canal de justificar el nazismo, de ofender la memoria histórica del pueblo, de burla a la resistencia heroica de los leningradenses, entre otras monstruosidades que vieron detrás de la pregunta.

No dijeron ni una sola palabra acerca de lo que más irrita a las autoridades rusas: las transmisiones en vivo desde la Plaza de la Independencia en Kiev de los mítines de la oposición al presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, así como las manifestaciones de protesta en Moscú, la amplia cobertura de las actividades de los adversarios políticos del presidente Vladimir Putin y las críticas a su forma de gobernar.

Y los distribuidores de la televisión satelital y por cable, como por arte de magia al unísono, empezaron a rescindir los contratos con Dozhd. Uno tras otro, Tricolor TV, Beeline, Akado, NTV Plus y Rostelekom suprimieron de sus distintos paquetes de programas el único canal de contenidos políticos que no estaba bajo control del Kremlin.

Los directivos de Dozhd esperan, desde ayer, respuesta a su ofrecimiento a los distribuidores de incluir su canal sin costo alguno durante todo 2014.

Hasta ahora sólo Rostelekom se mostró dispuesto a reanudar la colaboración, si Dozhd restablece su reputación, afirmó su vocero, Valeri Kostariov, quien añadió que, la suspensión de sus emisiones, no es cuestión de dinero, sino del contexto negativo en que se encuentra el canal.

Mientras tanto, tras perder 85 por ciento de su auditorio, el canal censurado cobra una cantidad simbólica –poco menos del equivalente a 30 dólares al año– por el acceso a su señal en vivo, así como a su archivo de programas, a través de Internet ya sea en su página (http://tvrain.ru/) y en las aplicaciones para Android, Windows Phone y BlackBerry, estando en prueba las de iPad, iPhone y Smart TV.