Miércoles 5 de febrero de 2014, p. 9
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) consideró que no todas las autodefensas han surgido de un movimiento espontáneo en favor del derecho a defenderse y consideró que el asunto de estos grupos es complicado
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Es un tema complejo; primero hay que diferenciar por qué hay autodefensas que han surgido como una forma concreta de ejercer el derecho de la legítima defensa. Las personas tenemos derecho a defendernos y muchas toman la decisión de hacerlo, particularmente luego de que hubo violencia contra su propia familia. Otras autodefensas no son tan claras, quizá con intereses no tan legítimos. Como en medicina: hay que diferenciar para luego dar el tratamiento adecuado
, comentó Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM.
El también obispo auxiliar de Puebla señaló que en el caso de las legítimas autodefensas es importante que ahora que interviene el Estado, sea éste el que garantice la seguridad de los ciudadanos.
Acerca de si es prudente legalizar las autodefensas, dijo que debe valorarse la experiencia de otros países y señaló que corresponderá a los expertos en temas de seguridad valorar si es prudente legalizar estos grupos de ciudadanos armados.
Lira Rugarcía indicó que a la Iglesia le ha faltado ser más incisiva en su labor pastoral, pues un feligrés que asume y practica el Evangelio no podría sumarse a las filas del narcotráfico. Subrayó que la escalada de violencia ligada al narcotráfico, ha sido causada por la omisión de muchos sectores, de autoridades, de otros credos, instancias y organizaciones.
Reconoció el trabajo que realiza el gobierno federal tratando de restaurar el estado de derecho y la tranquilidad
en Michoacán, y agregó que este proceso será largo. No se puede esperar que la solución sea inmediata
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