Ciudad del Vaticano, 4 de febrero.

Las condiciones sociales injustas como la pobreza y el desempleo pueden orillar a las personas al pecado, la ruina económica e incluso al suicidio, aseguró este martes el papa Francisco durante un mensaje por la próxima Cuaresma en el que instó a los católicos a ayudar a los que sufren miseria moral, como los adictos al alcohol, las drogas, el juego y la pornografía.

El Papa ha criticado los excesos del capitalismo y la disparidad de ingresos en un mundo globalizado. Instó a los católicos a privarse de ciertas cosas en esta Cuaresma para ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza.

Agregó que no es suficiente con hacer ofertas caritativas. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele, escribió.

Francisco diferenció la pobreza de la miseria moral, de la que dijo que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado.

Observó que las condiciones sociales injustas como el desempleo conducen a este tipo de miseria al despojar a la persona de la dignidad del trabajo, del acceso a la educación o la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente, dijo.

En tanto, el presidente de Uruguay, José Mujica, afirmó hoy que este Papa se las trae y está levantando polvaredas con su prédica. Hoy la Iglesia (católica) nos sorprende con la presencia de un jefe, Francisco, que plantea una revolución de ideas que no veíamos desde los tiempos de Juan XXIII, expresó Mujica en su programa radial.