En 2013 efectuó cinco transferencias por $227.2 millones
Martes 4 de febrero de 2014, p. 5
De nueva cuenta, el Instituto Federal Electoral (IFE) registró nuevos ‘‘ahorros’’ en su ejercicio presupuestal, en particular en el denominado capítulo 1000, relativo a servicios personales, por lo que a lo largo del año efectuaron cinco transferencias que en conjunto sumaron 227.2 millones de pesos de la partida destinada a la nómina hacia el denominado ‘‘fondo para atender el pasivo laboral’’.
Los reportes de la Dirección Ejecutiva de Administración sobre los gastos ejercidos en 2013, confirman que esta práctica volvió a presentarse, aunque no solamente en lo que corresponde al capítulo 1000, sino también en los relacionados del 2000 al 6000. Tan sólo por los ahorros en servicios personales, las transferencias en el año fueron de 25.4, 72.3, 31.9. 59.2 y 39 millones de pesos, respectivamente, para sumar 227.2 millones, reasignados al Fondo de Pasivo Laboral.
En los acuerdos aprobados en diciembre por la entonces consejera presidenta, María Marván, y el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, se aprobó también que el resto de los ahorros que no correspondan al capítulo 1000, se canalizarán al Fondo de Infraestructura Inmobiliaria.
Sin embargo, los ‘‘ahorros’’ en la partida destinada al capítulo 1000 son práctica recurrente en los años recientes del IFE. En sus valoraciones sobre el manejo de recursos del instituto en los últimos años, la Contraloría General tiene otra perspectiva respecto de esos ‘‘ahorros’’ en virtud de que ‘‘se ha observado una tendencia a sobrestimar las necesidades de plazas y de recursos financieros para la contratación del personal del instituto’’.
Lo anterior –advierte la Contraloría en su más reciente informe de gestión– obedece a que ‘‘del análisis realizado a las solicitudes presupuestales (número de plazas y recursos), el presupuesto autorizado y el presupuesto ejercido, en los ejercicios de 2007 a 2010, se observaron ‘brechas’ generadas por las diferencias entre lo solicitado, autorizado y ejercido en el capítulo 1000’’.
Si bien el documento realiza comparaciones en ese periodo y en el que se detecta una sobrepresupuestación recurrente de entre 10 y 11 por ciento en dinero y recursos humanos, en sus consideraciones sobre los últimos años el contralor Gregorio Guerrero ha insistido en que existe una tendencia a sobrepresupuestar, aunque posteriormente el IFE los reporta como ahorros.
De las auditorías recientes, se alude a ese periodo 2007-2010 en el cual ‘‘se solicitaron plazas en exceso respecto de la plantilla ocupacional’’ en cada ejercicio. Así, por ejemplo, en 2010 la plantilla aprobada por el IFE fue de 26 mil 975, cuando en realidad se ocuparon 15 mil 287; en 2009 –año de elección federal– se aprobaron 89 mil 963 plazas, pero se utilizaron solo 82 mil 289, en algo que ha sido ya una tendencia en la institución.
En ello han coincidido los informes de la Contraloría con el estudio ordenado por el IFE a la empresa Deloitte, la cual corroboró que existe exceso de personal en la institución. En el documento de Deloitte se hablaba de la necesidad de suprimir incluso mandos medios que sólo duplicaban funciones y hacían más costosa la operación institucional.