Surgida como un medio para hacer frente al ‘‘excesivo’’ poder presidencial y en busca de un reparto más equitativo y ‘‘federalista’’ de los recursos públicos, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) hoy ha incorporado no sólo el tema económico y presupuestal –que le dio origen y cohesión hace 13 años–, sino otros que integran la agenda nacional, predominantemente el de seguridad y de desarrollo regional.

El regreso del tricolor

Ahora, con un presidente de la República surgido de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –a diferencia de los pasados dos sexenios, primero con Vicente Fox Quesada y luego con Felipe Calderón Hinojosa, ambos del Partido Acción Nacional (PAN)–, la Conago ha modificado incluso el lenguaje de sus reuniones, que han transitado de la beligerancia, con enfrentamientos y reclamos, a uno de aparente negociación y entendimiento.

Para Manuel Andrade Díaz, ex gobernador priísta de Tabasco y uno de los impulsores de la Conago, las condiciones y realidades que dieron origen a la creación de la conferencia son totalmente diferentes a las que rigen actualmente.

‘‘Nosotros nos juntamos, primero los priístas, para enfrentar el excesivo poder presidencial, que en ese entonces, por primera vez, era de un partido distinto al nuestro. Hoy se observa un mayor entendimiento, independientemente de los colores partidistas, de quien presida la Conago, pues el cargo es rotatorio cada seis meses’’, dijo.

Incluso, Andrade Díaz considera que la Conferencia Nacional de Gobernadores está jugando un nuevo papel dentro de la política mexicana, esencialmente como un mecanismo garante y eficaz de la defensa de los derechos de los estados y del Pacto Federal, responsabilidad que, desde su visión, el Senado ha dejado de cumplir cabalmente, debido a la incorporación de los legisladores de representación proporcional.

Hoy, la Conago sigue pendiente del tema hacendario, pero ha sumado muchos más que se encuentran en la agenda nacional, señaló Andrade, quien recordó que la conferencia se integró inicialmente con gobernadores priístas, ante el anuncio del presidente Fox que les recortarían sus partidas presupuestales. Luego se sumaron los del Partido de la Revolución Democrática, mientras que los del PAN los observaban con recelo, pero al cabo de ocho meses terminaron integrándose.

El priísta advirtió que hoy en día, sin la Conago sería muy difícil avanzar en temas como la coordinación con los estados en materia de seguridad, juicios orales, mandos únicos de policía, certificación de los cuerpos de seguridad, así como el establecimiento de parámetros nacionales de evaluación.

Además, están los rubros de saneamiento de las haciendas estatales y municipales, la nueva ley general de deuda y los planes y programas de infraestructura regional a fin de abatir la enorme desigualdad existente. Todo ello, sin olvidar el tema hacendario y la distribución de las partidas presupuestales a los estados.

El dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, ha dicho por su parte que no sólo la Conago, sino instancias como las conferencias permanentes de congresos locales y la nacional de municipios de México, han retomado un nuevo impulso con el tricolor en la Presidencia de la República.

Considera que todas estas instancias de organización y representación política no establecidas en la ley, pero cuyo surgimiento fue producto de la necesidad de interlocución, llegaron para quedarse.

Asimismo, Camacho ha expresado que esas organizaciones son instituciones de la vida política, que aunque no están en la ley tampoco están contra ella, de modo que se mantendrán.

A finales del presente mes, el gobernador panista de Puebla, Rafael Moreno Valle, concluye la presidencia temporal de la Conago y será relevado por su homólogo priísta de Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre.