East Rutherford, 2 de febrero.

Se cumplió el adagio de que las mejores defensivas ganan el Súper Tazón. De forma apabullante los Halcones Marinos de Seattle demostraron su poderío al conquistarlo por primera vez con una paliza de 43-8 sobre Broncos de Denver y echar abajo la fiesta de Peyton Manning, quien anhelaba la hazaña de ganar el trofeo Vince Lombardi con dos equipos diferentes.

Pete Carroll, de 62 años, logró su primer anillo como entrenador, el de más edad en conseguirlo. En tanto, Malcolm Smith fue nombrado el jugador más valioso del partido, para ser el tercer defensivo de todos los tiempos en recibir ese reconocimiento, lo cual no ocurría desde 1971.

Seattle hizo trizas a lo que se consideraba la mejor ofensiva de la NFL y para muchos el favorito por su estelar mariscal de campo que no logró concretar su proeza.

Los Broncos tuvieron un mal comienzo y en apenas 12 segundos increíblemente regalaron a Seattle los dos primeros puntos con un safety, luego que Manny Ramírez mandó un mal centro a Manning y el ovoide se dirigió a la zona roja de Denver ante la atónita mirada del mariscal, que atestiguó junto con los miles de aficionados la primera anotación más rápida de la historia en un Super Bowl.

El dominio de Halcones Marinos en la primera mitad fue avasallador en el terreno de juego contra un equipo que sufrió y se vio limitado sin poder entender lo que estaba pasando en el MetLife Stadium.

Seattle consiguió otros tres puntos con el gol de campo de Steven Hauschka, de 31 yardas (5-0), y luego vino un pase de Wilson a Doug Baldwin que estuvo a punto de ingresar a las diagonales, pero fue alcanzado por Mike Adams.

El avance de Seattle a territorio enemigo fue abrumador y nuevamente se le presentó la oportunidad para tocar el timbre con Jermaine Kearse, quien vio cómo Nate Irving le quitó el balón.

Haciendo valer su condición de número uno, la defensiva de Seattle presionó a Manning, quien estaba completamente anulado y fue interceptado por Kam Chancellor.

La ruidosa porra de los Halcones Marinos elevó los decibeles con la anotación de Marshawn Lynch. Gracias a La Bestia, con acarreo de una yarda, y el extra de Hauschka, la pizarra cambió a 15-0.

Manning intentó hacer de las suyas y consiguió consumir un poco de terreno con Wes Welker. Sin embargo, el golpeteo de sus rivales hizo que se desconcentrara para que Malcom Smith con su atinada intercepción regresara el balón 69 yardas y llegara festejando hasta las diagonales. Fue un duro golpe anímico para Denver, que era superado 22-0, algo que no sucedía desde hace dos años en la temporada regular.

Decepción

Los naranjas abandonaron cabizbajos el emparrillado para dar paso al habitual espectáculo que se brinda en el medio tiempo. Tocó a Bruno Mars y Red Hot Chili Peppers hacer delirar a los fanáticos.

En el tercer cuarto hubo otra jugada clave y curiosamente el reloj marcaba de nuevo 12 segundos.

En la patada de salida de Broncos el balón rebotó para que Percy Harvin metiera el acelerador hasta el fondo. Con su explosividad y quiebre de cintura se quitó a los rivales devorando 87 yardas para dar la anotación (29-0), la cual aumentó con otro touchdown de Jermaine Kearse, al realizar un doble giro y concretar la jugada (36-0), tras recibir el pase de Russell, de 23 yardas.

El reloj se consumía y en la última jugada los Broncos se quitaron la blanqueada con el pase de Manning, de 14 yardas, a Demaryius Thomas, quien impuso nueva marca de recepciones, con 12 en este tipo de certámenes, para que su equipo se despidiera con su única anotación y la conversión de dos puntos (36-8).

A 11 minutos del término del cuarto periodo, Seattle asestó la daga con el pase de Wilson a Doug Baldwin, de 10 yardas, y el marcador se movió a 43-8 para que los Halcones Marinos se convirtieran en el séptimo equipo en superar los 40 puntos en un Súper Tazón.

En ese lapso, Manning, quien buscaba hacer historia en ganar con dos equipos (Indianápolis y Denver), consiguió la marca de 33 pases completos, pero hoy decepcionó con una escuadra que nada tuvo de bronca, a pesar de haber cerrado como la mejor de la campaña regular, en un domingo que no olvidarán, al tener cuatro balones perdidos, dos sueltos y un par de intercepciones.

Entre los datos que dejó la edición 48 es que desde hace 11 años no se lograba un marcador tan abultado, pues en esa ocasión Tampa Bay venció 48-21 a Oakland. En 1990, Denver cayó 55-10 ante San Francisco.