Moscú, 29 de diciembre.

La violencia de signo islamita radical volvió a hacerse presente este domingo en el sur de Rusia con un nuevo atentado suicida en la ciudad de Volgogrado, la antigua Stalingrado, que dejó al menos 16 muertos y cerca de medio centenar de heridos.

La deflagración –la segunda esta semana, aunque mucho más cruenta, en la anterior murieron tres personas– ocurrió a 700 kilómetros de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno que empezarán dentro de poco más de un mes, que se considera un importante nudo de comunicaciones y de transportes en la parte meridional de Rusia.

Una viuda negra, como denominan aquí a las esposas de militantes de grupos islamitas radicales muertos en combate con las fuerzas federales, hizo estallar en el vestíbulo de la estación ferroviaria de Volgogrado la carga explosiva, equivalente a diez kilogramos de trilita, que llevaba adherida al cuerpo.

La atacante activó la bomba junto a los arcos detectores de metales, 15 minutos antes de que llegara el tren de pasajeros procedente de Moscú, repleta la estación de personas que acudieron a recibir a sus familiares en estas fechas de fiestas de fin de año.

Al comienzo las autoridades, tras revisar las cámaras de video de seguridad, concluyeron que el ataque lo perpetró un hombre con una mochila y de apariencia eslava, pero más tarde se empezó a manejar como hipótesis que pudiera ser sólo cómplice de la atacante suicida, cuya cabeza desprendida permitió identificarla como Oksana Aslanova, a reserva de que se realicen las pruebas de ADN indispensables.

Originaria de la vecina república musulmana de Daguestán, en el Cáucaso del norte, Aslanova era viuda de uno de los líderes de la clandestinidad islamita de apellido Validzhanov, según la policía.

Desde que Naida Asiyalova cometió un atentado en un autobús en Volgogrado, el 21 de octubre anterior, con saldo de 10 muertos y 32 heridos, los servicios secretos iniciaron la búsqueda de Aslanova como potencial atacante suicida, igual que Dzhanet Zakayeva, todavía no localizada.

Ahora, después de tres ataques suicidas en apenas dos meses, los servicios secretos tratan de averiguar si Aslanova llegó especialmente de Daguestán para cometer el atentado o si, por el contrario, existe en Volgogrado una célula permanente vinculada a los islamitas radicales de esa república norcaucásica.

El presidente Vladimir Putin, de acuerdo con el servicio de prensa del Kremlin, dio instrucciones al gobierno de Rusia de tomar todas las medidas necesarias para prestar asistencia a las víctimas de la explosión.

El gobernador de la región de Volgogrado, Serguei Bozhenov, por su parte, decretó tres días de duelo, del 1º al 3 de enero de 2014.