urante 2011, el número de empresas con 20 empleados o más que llevaron a cabo actividades de investigación y desarrollo tecnológico (IDT) fue de mil 789, lo que representa sólo 5 por ciento del total. Este dato ilustra con claridad la escasa contribución de este sector al desarrollo científico, tecnológico y a la innovación en México.
El anterior es uno de los resultados de la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo Tecnológico, realizada conjuntamente por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cuyos resultados principales se presentaron el pasado 14 de noviembre. Me voy a referir brevemente a cuatro aspectos: a) las capacidades de innovación de las empresas, b) los recursos que destinan a las tareas de IDT, c) el personal de investigación empleado en ellas y d) su distribución geográfica
1. Innovación en las empresas. La encuesta contiene información que abarca el bienio 2010 y 2011 y revela que cerca de 90 por ciento de las empresas asentadas en México no introducen productos nuevos. En ese periodo, de 35 mil 718 empresas encuestadas solamente 11.7 por ciento (4 mil 117) realizaron proyectos de innovación de al menos un tipo: a) producto (bienes o servicios), b) proceso (incluye métodos), c) organizacional o d) mercadotecnia. De las que realizaron innovación en producto solamente 503 tuvieron alcance a nivel mundial.
Lo anterior muestra que las empresas que realizan innovación no sólo son escasas también en muy pocos casos sus productos tienen impacto en los mercados internacionales.
Las empresas que son innovadoras obtienen 61.4 por ciento de sus ingresos de los nuevos productos y de productos calificados como significativamente mejorados.
Lo anterior confirma algo que se sabe en todo el mundo: Las innovaciones son base importante de los ingresos de las empresas... Aunque la existencia de una gran mayoría de establecimientos que no realizan actividades de IDT ni hacen innovaciones en México, lleva a pensar que éstas se ven recompensadas de modo satisfactorio sin ellas, de otra forma no se podría explicar su existencia.
2. El gasto en IDT. Hay un dato que resulta paradójico: Si bien son pocas las empresas que realizan actividades de IDT, su gasto en esta actividad es muy significativo, pues en 2011 fue de 24 mil 122 millones. Esta cantidad no es poca cosa. Con fines comparativos puede decirse que fue equivalente a 41 por ciento del gasto del gobierno federal en ciencia y tecnología, y superior al presupuesto total del Conacyt en ese mismo año.
Tenemos así muy pocas empresas que realizan actividades de IDT, pero que destinan recursos que para los estándares locales son elevados (no sucede lo mismo al realizar comparaciones a nivel internacional, pues una sola empresa multinacional destina más dinero a IDT que varios países latinoamericanos juntos, incluido México).
3. El personal de investigación. En 2011, el número de personas dedicadas a actividades de IDT fue de 35 mil 019, de las cuales 13 mil 692 son investigadores y tecnólogos (39.1 por ciento del total), el resto se distribuye entre personal técnico o equivalente y de apoyo administrativo.
El número de especialistas en las empresas no es despreciable tampoco, si consideramos que ese mismo año el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) contaba 17 mil 637 miembros. Surgen preguntas sobre cuántos de los que laboran en empresas pertenecen al SNI, sospecho que muy pocos.
4. Distribución geográfica. El gasto empresarial se concentra principalmente en tres entidades que en conjunto representan cerca de 70 por ciento del total: Distrito Federal (52 por ciento), Nuevo León (10.2) y estado de México (8.3). Algo semejante se observa en la ubicación geográfica del personal de investigación el cual se concentra principalmente en el Distrito Federal (42 por ciento del total), Nuevo León (10.4), Chihuahua (8.0), estado de México (6.6) y Jalisco (5.0).
Lo anterior muestra una importante centralización de los recursos para IDT a nivel empresarial, pues la mitad del gasto y de personal de investigación en las empresas se concentra en el Distrito Federal y el resto tiende a concentrarse en muy pocas entidades federativas.
Todo lo anterior es una especie de fotografía reciente que muestra algunos de los rasgos principales de las empresas en las actividades de ciencia, tecnología e innovación en México, que será de gran utilidad en la elaboración de políticas públicas que involucren a este sector.