Son subestimadas y al no poseer tierras no les dan créditos
Sábado 20 de julio de 2013, p. 34
El acceso de las mujeres a recursos naturales (tierra, agua, bosques) y su participación efectiva en las decisiones ambientales siguen siendo una asignatura pendiente
en el país, afirmó la Red Género y Medio Ambiente (Rgema).
La falta de una visión de género en estas áreas oculta y subestima los conocimientos y contribuciones de las mujeres en la producción de alimentos, el manejo de riesgos, el cuidado de la biodiversidad y las estrategias de adaptación y mitigación ante el cambio climático
, advirtieron activistas del Rgema, al tiempo que demandaron que se cumplan los lineamientos para lograr la igualdad de género y la sustentabilidad ambiental.
El reconocimiento del aporte femenino a la economía, al cuidado de los recursos naturales y al desarrollo del país implica emprender políticas para remover los obstáculos que impiden su desarrollo, en especial los derechos agrarios y de propiedad de la tierra, pues sólo el 27 por ciento de la tierra está en manos de mujeres, apuntó Tzinia Carranza, integrante de Rgema.
Sin nada
Al no ser poseedoras de la tierra, no pueden recibir créditos, ni participar de las decisiones sobre el territorio. Los beneficios de programas destinados a bosques y conservación son para los hombres
, apuntó.
Además, dijo, los programas de apoyo a las mujeres tienen reglas de operación complicadas y hay muy pocos recursos para la cantidad de solicitudes.
Por tanto, la red de género demandó a la administración federal el cumplimiento de todos los tratados internacionales que México ha signado en materia ambiental y de respeto a los derechos de las mujeres, pues nadie está trabajando en eso
.
Metas claras
La organización también propone el diseño de indicadores y metas claras que permitan hacer un seguimiento del éxito de los programas y estrategias.
Exigió, asimismo, el respeto de los derechos de las comunidades, como es el consentimiento libre, previo e informado en el desarrollo de proyectos, particularmente respecto al impacto negativo de megaobras como la minería, parques eólicos e hidroeléctricas.