Ante el crecimiento de pasajeros y flota aérea en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que de acuerdo con las autoridades se estima llegará a su máxima capacidad el próximo año con 32 millones de pasajeros, es urgente que el gobierno federal anuncie la creación de un nuevo aeropuerto para desahogar el actual, señaló Manuel Frías Alcaraz.

El ingeniero civil egresado del IPN y autor del proyecto de país México del Tercer Milenio, negó que los municipios de Texcoco, en el estado de México, y Tizayuca, en Hidalgo, así como los estados de Puebla, Morelos o Querétaro sean la solución a los problemas de una nueva obra de infraestructura aeroportuaria, ya que, explicó, sólo agravarían los problemas de conurbación, sobrexplotación y abastecimiento de agua que padece el Valle de México.

No es conveniente que continúe esta política aeroportuaria. Se requiere de un aeropuerto nuevo que fomente el crecimiento económico, político y social del país. El Presidente debe tomar una decisión de inmediato, de lo contrario se corre el riego de que las operaciones en el AICM se colapsen a corto plazo.

Frías Alcaraz, quien ha sido consultor y asesor para obras y proyectos de infraestructura básica en administraciones federales pasadas, consideró que si las autoridades insisten en ubicarlo en Texcoco, la vida útil del nuevo aeropuerto sería hasta de 13 años, no le doy más. Se tiene que evitar que el nuevo aeropuerto propicie la conurbación y la carencia de bienes y servicios en el Valle de México.

La cercanía con la zona metropolitana, abundó, no debe influir en la decisión final, ya que las aparentes facilidades y la viabilidad que esto ofrece a corto plazo se revertirán, como la falta de agua, contaminación ambiental, inundaciones o la invasión de instalaciones para demandar servicios, por mencionar algunas.

Desde el punto de vista ambiental y de distancia con la mancha urbana, uno de los mejores lugares para la construcción de la nueva terminal aérea sería a 16 kilómetros al oriente de Calpulalpan, Tlaxcala, en los límites con el estado de Hidalgo. Un aeropuerto con pistas de más de seis kilómetros, cerca de la Sierra Nevada, la cual es una barrera para evitar precisamente la conurbación.

Agregó que ambos aeropuertos se podrían comunicar a través de un ferrocarril de alta levitación magnética de 75 kilómetros, además de “transformar la autopista de Texcoco-Calpulalpan, que está parcialmente construida, en una moderna de seis a ocho carriles, lo cual permitiría un traslado de entre 15 y 20 minutos.

Es muy importante que el gobierno reflexione dónde ubicar el nuevo aeropuerto. Sería un error fundamental seguir aplazando algo tan necesario. Está justo a tiempo para decidir.