Originario de Guinea, Mohamed Bangoura es un percusionista que ha tocado con Zachary Richard, Peter Gabriel, Papá Wemba y Mory Kante, por citar sólo algunas estrellas, y hoy mostrará su arte en la clausura del décimo Festival Internacional Ollin Kan, en el Museo Anahuacalli, desde las cinco de la tarde, donde también actuarán el mozambiqueño Neco Novellas y los turcos del grupo Baraná.

Bangoura nació en Conakry en 1957. Pertenece a la Escuela del Ballet Africano. Llegado a Francia en 1986, formó en Burdeos el grupo Koba de danza y percusión, con el cual presentó numerosos espectáculos en Francia, Europa y Estados Unidos. Grandes festivales internacionales le han permitido abrirse a nuevas influencias musicales y tocar con grandes músicos, como los citados.

De vuelta a Guinea en 1999, registró el primer (y único, hasta ahora) álbum de ritmos bagas, su etnia de origen. Dichos ritmos difieren de los de la tradición mandi y constituyen la tradición pura del pueblo soussou de Guinea.

Mohamed Bangoura prepara hoy la maqueta de su segundo álbum, basado en las raíces de percusión africana tradicional y su herencia baga, pero abriéndose también a mestizajes más actuales.

Resistencia cultural

En entrevista con La Jornada, en el Hotel Puebla, convertido en una especie de embajada donde suben y bajan músicos que consideran su arte una forma de resistencia cultural, Mohamed expresó que es conocido como El diablo rojo, por sacar lumbre al percutir el tambor.

Mientras platica, sus dedos no dejan de chocar contra la mesa con cierto ritmo. “Percutir es de lo más antiguo, cuando el hombre hizo sonar su cuerpo. Esto viene desde los inicios, cuando se sembraba. Hay un golpe específico para arar la tierra, para abrir la tierra y sembrar.

El yembé es el tambor antiguo, por medio del cual los pueblos se comunican en un código.

Agregó que como en todos los países de África, en Guinea la música tiene un rol muy importante y yo toco la vertiente tradicional desde hace muchos años. La música hace olvidar la tristeza y la pobreza.

Para él, toda su música tiene que ver con un mundo tradicional, del cual soy parte.

La gente de Guinea, dijo, es alegre y acogedora, a pesar de la pobreza. Esto a pesar del clima cálido y que cuando llueve se vuelve bochornoso, por eso México es mi segundo país, porque se parece en el clima y la gente es cariñosa.