Opinión
Ver día anteriorMiércoles 8 de mayo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Más blindaje nivel cero

¿Electoral?; no, ético

PANRD: concluye opereta

A

saber dónde compran los materiales o a quién le encargan el trabajito, pero lo cierto es que hasta ahora ninguno de los blindajes electorales ha servido para mayor cosa. Es cuestión de recordar que a lo largo de los años –cuando menos desde el nacimiento del Programa Solidaridad (después Progresa y más adelante Oportunidades)– todos los inquilinos que han tenido Los Pinos, los gobernadores, los presidentes municipales, las dirigencias de los partidos políticos, las autodenominadas autoridades electorales, los candidatos a puestos de elección popular, los diputados y senadores, y los que se queden en el tintero se han comprometido a blindar los procesos electorales y alejar de éstos a los programas sociales, con resultados diametralmente opuestos a los discursos.

Indistintamente (Solidaridad con Salinas de Gortari; Progresa con Zedillo y Oportunidades con Fox, Calderón y ahora Peña Nieto), en tiempos electorales se escucha un solo discurso en los tres niveles de gobierno (de todos los colores y sabores): no se utilizarán los programas sociales para promover electoralmente a uno u otro candidato, a uno u otro partido, a una u otra fórmula, porque pertenecen al pueblo de México y están perfectamente blindados. Y más tardan en decirlo y propagarlo, que en brincar partidos y candidatos para denunciar, precisamente, el descarado uso de tales programas y sus cuantiosos recursos para los fines originalmente negados (blindaje nivel cero).

El caso aplica para todos los partidos en el gobierno (federal, estatal o municipal), y los que quedan fuera de él son los encargados de denunciar la utilización del presupuesto social para fines electorales, en una interminable cadena de acusaciones (tricolores contra blanquiazules, éstos contra los amarillos, quienes a su vez culpan a los primeros y a los segundos). Así, en el jaloneo por el jugoso presupuesto social con fines netamente electorales, la única diferencia es quién está arriba y quién abajo, quién lo utiliza y quién queda fuera de la jugada. El quid es que no los cachen en la maroma, como Rosario comprenderá, y el ejercicio se registra de muchos años atrás, tras decenas de blindajes.

La más reciente horadación del blindaje electoral (cortesía de Rosario y el gober veracruzano) dio pie a la opereta panista-perredista (nos vamos del Pacto, pero nada más tantito), porque las dirigencias de ambos partidos descubrieron que los programas sociales eran utilizados con fines electorales; es decir, lo que el PAN hizo durante sus 12 devastadores años en Los Pinos y el PRD a lo largo de sus estancias en los gobiernos estatales y municipales, acciones éstas que en su momento fueron denunciadas públicamente por los tricolores, es decir, a quienes ahora blanquiazules y amarillos acusan de lo mismo.

Gustavo Madero y Jesús Zambrano también descubrieron que los delegados de la Sedeso en realidad son operadores políticos del gobierno en turno (los de antes y el de ahora), que utilizan los cuantiosos recursos del ramo para promover a sus respectivos partidos y candidatos y, obvio es, pasarse el blindaje por el arco del triunfo. Lo del hambre, la miseria, y demás dramas sociales que viven los mexicanos sólo es el pretexto. El problema fue que los cacharon.

Y entonces, para salvar el entuerto y dar por concluida la opereta de referencia y la infructuosa pataleta del dúo dinámico que se cita (Madero y Zambrano, toda vez que Rosario y el góber veracruzano mantienen el hueso), los pactistas anuncian (¡sorpresa!) más blindaje electoral y firman un adéndum netamente con fines electorales. Lo mejor del caso es que el Chucho menor jura que los nuevos términos en el marco del Pacto por México no son ni deben verse como compromisos electorales, sino como de profundo carácter ético (¡¡¡!!!), según nota de El Universal.

¿Y qué contiene el adéndum que no es electoral, sino ético? Once compromisos adicionales: respeto a la ley y limpieza electoral; blindaje electoral; participación de la sociedad civil (en el blindaje); profesionalización e imparcialidad (electoral) de los delegados y operadores de programas (sociales) federales; comisiones plurales estatales; comisión plural nacional de preservación del entorno político de equidad de la competencia; creación de condiciones de equidad de la competencia en cada uno de los 14 estados que sostendrán elecciones en julio de 2013; observación electoral; reforma electoral adelantando compromiso 89 y 90; sistema nacional de programas sociales, adelantando compromiso seis; y transparencia, deudas estatales y combate a la corrupción.

Cómo se ve, el adéndum nada tiene de electoral (Zambrano dixit), en el entendido de que el blindaje se da, precisamente, por la ostentosa falta de ética de la clase política. Si algo los motiva a blindar lo que oficialmente ya estaba blindado es la desconfianza prevaleciente entre la mafia política. Entonces, va otra dosis de blindaje electoral. Y hagan sus apuestas para ver quién es el primero en agujerearlo.

Y como es costumbre, la decisión de los pactistas provocó júbilo entre los prianirredistas: diputados del PRI, PAN y PRD apuntaron que el adéndum establecido en el Pacto por México contribuirá a impulsar las reformas postergadas en materia financiera y energética, pero sobre todo, a responsabilizar a todos los actores involucrados para que los recursos públicos no se utilicen en la compra de voluntades, y se impulse la participación de organizaciones sociales en la elaboración de propuestas legislativas. Tras la reactivación del Pacto por México en Palacio Nacional, los representantes de las principales fuerzas políticas en el Congreso advirtieron que retornar a las actividades políticas en torno al pacto es un signo de madurez de las fuerzas políticas, que habrá de arrojar resultados positivos en la consolidación de programas y proyectos que coadyuven al desarrollo político y económico de los mexicanos (La Jornada, Enrique Méndez y Roberto Garduño). Y se quedaron tan frescos.

Las rebanadas del pastel

En materia de blindaje, el electoral no ha sido el único horadado: a lo largo de los años blindaron la economía, y reventó; blindaron las finanzas, y tronaron; blindaron los programas sociales, y los cacharon; blindaron la política agroalimentaria, y cada día importamos más. Entonces, el problema no es en sí el blindaje, sino la ínfima calidad de los componentes utilizados, en especial el ético, precisamente… Un enorme abrazo para mi amado Chícharo, por su velita número 11.