Martes 7 de mayo de 2013, p. 3
Por la falta de información y el estigma que prevalece en torno a las enfermedades mentales, pueden transcurrir hasta 14 años antes de que una persona con depresión reciba atención médica especializada. Es una situación grave, porque un adolescente con la enfermedad está en alto riesgo de interrumpir sus estudios, no concretar un proyecto de vida e incluso de caer en el consumo de drogas ilegales.
La depresión es una de las principales afecciones siquiátricas en el país. La información más reciente sobre la prevalencia de estos males proviene de la Encuesta Nacional de Epidemiología Siquiátrica (ENES) en México de 2002, según la cual 9.1 por ciento de las personas en zonas urbanas tenía ese problema.
La misma problemática se presenta en el alcoholismo. Como adicción está presente en 4.1 por ciento de los adolescentes y 6.6 de las personas de entre 18 y 65 años de edad.
Aparte está 71.3 por ciento de las personas que alguna vez en la vida han consumido bebidas embriagantes, reportado por la Encuesa Nacional de Adicciones 2011. Una tercera parte tuvo un consumo alto en el año previo.
María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, señaló que un paciente alcohólico tarda entre 20 y 30 años en llegar a un tratamiento formal, aunque 75 por ciento nunca lo hace.
Esto tiene que ver con la enfermedad, pues es de negación. Incluso la familia oculta al afectado, indicó.
Llamó la atención sobre la importancia de emprender acciones de información a la sociedad, con el fin de mejorar la identificación de síntomas de los trastornos siquiátricos. Puso el ejemplo de los adolescentes con depresión que no se detectan, porque en lugar de llorar se ponen ansiosos e irritables. Generalmente se atribuye al proceso de crecimiento de los jóvenes.
La ENES reportó en 2002 que 28.6 por ciento de la población había padecido una enfermedad mental alguna vez en la vida, 13.9 por ciento la reportó en los últimos 12 meses y 5.8 en los pasados 30 días.
Los trastornos más frecuentes fueron ansiedad (14.3 por ciento alguna vez en la vida), los asociados al uso de sustancias (9.2 por ciento) y los afectivos, principalmente depresión (9.1).