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Fundamental, apoyar al campo para éxito de la cruzada, dice a Peña

El derecho a la alimentación no debe ser un regalo del Estado, señala la FAO
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El director de la FAO, José Graziano da Silva (izquierda), y el titular de la Sagarpa, Enrique MartínezFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de mayo de 2013, p. 17

La Cruzada Nacional contra el Hambre será exitosa si el gobierno de Enrique Peña Nieto logra que sea un tema de la sociedad y abre espacios para que se corrijan los señalamientos que se hagan al programa, señaló José Graziano da Silva, director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

No se trata de inventar más políticas, sino de que haya mayor sinergia entre éstas para impulsar una ruta, ya que el hambre está por encima de todos los temas de coyuntura. El gobierno va por el camino correcto porque ha pactado los programas con todas las fuerzas políticas y sociales, abundó al entregar ayer al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez y Martínez, el libro Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en México.

Destacó que a la lucha contra el hambre se le deben destinar todos los recursos que requiera, respaldarla con una estructura de ley e instituciones, pues el derecho a la alimentación no debe ser un regalo del gobierno, una acción de caridad ni una política clientelista: debe convertirse en una política de Estado.

Puntualizó que el libro que entregó a la Sagarpa es para que las instituciones tengan una base más racional y científica, que evite crispaciones por la falta de ellas en sus acciones. El éxito de la política social depende de encontrar las salidas productivas para los pobres; es como una moneda, son dos caras: no hay política social continua si no tiene un respaldo productivo en un sector. Para el éxito de la cruzada contra el hambre es fundamental el sector agrario, porque la mayoría de los extremadamente pobres y con carencia alimentaria están en las zonas rurales.

En entrevista posterior, Graciano da Silva –ex ministro de Seguridad para la Alimentación en el gobierno de Luis Inacio Lula da Silva– se mostró sorprendido porque México ha retrocedido en la producción de sus alimentos básicos: es admirable que importe frijol de China, pues es un alimento que puede producirse en 45 días en cualquier lugar.

Consideró que la cruzada debe impulsar la creación de circuitos productivos locales, desarrollar mercados regionales y meterle dinero a la agricultura para estimular a los pequeños productores, ya que son parte de la solución. Considero que manejar 72 programas en dicha cruzada implica un costo terrible y un descontrol total. Si se crean sinergias habrá resultados en seis años.

El martes, al atestiguar la firma de un memorando de entendimiento entre el gobierno de México, por medio del canciller José Antonio Meade, y del director de la FAO, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que la cruzada contra el hambre será monitoreada y evaluada por el organismo internacional. Refrendó la responsabilidad elemental de su gobierno de blindar los programas sociales para evitar cualquier uso electoral, e investigar y sancionar a quienes pretendan utilizarlos con ese fin.

Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social, dijo que ya advirtió a los integrantes de esta dependencia que será despedido quien use los recursos y programas con fines políticos o proselitistas.

Las organizaciones del Frente Amplio Campesino consideraron insuficientes las medidas acordadas por PRI, PAN y PRD para inhibir el uso electoral de los programas sociales.