Obligado por ley a efectuarlo después de tres elecciones federales para adecuarlo a la nueva realidad demográfica, el Instituto Federal Electoral (IFE) avanza en el proceso de redistritación. De entrada, acorde con los criterios técnicos prestablecidos, ya se perfila un cambio para el Distrito Federal, pues se plantea anular tres de las 27 circunscripciones federales que tiene actualmente.

De acuerdo con la propuesta que se evalúa, con base en criterios técnicos –condicionados por el hecho de que ningún distrito podrá ubicarse en dos entidades– y el más reciente censo poblacional, entre otros elementos, cuatro estados perderán un distrito por entidad: Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz.

En contraste, las entidades que saldrán beneficiadas con esa recomposición, de los 300 distritos electorales en que está dividido el país, serán siete. Adquirirán uno por estado: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, estado de México, Querétaro, Quintana Roo y Tamaulipas.

Todo ello, en función de su crecimiento demográfico reportado con base en las cifras del censo poblacional.

Como parte de las definiciones previas para esta redistritación, se parte de la premisa de que el ideal de electores que debería tener cada una de las 300 circunscripciones sería de 271 mil 313. Sin embargo, con el propósito de cumplir las condicionantes prevalecientes (que distritos se ubiquen en un estado y cada entidad tenga al menos dos electorales, entre otros), se tiene un margen a la baja de hasta 238 mil 819 electores y hacia arriba de hasta 303 mil 808.

Otra variable que incluye el proceso es que cada distrito se compondrá de municipios completos. Si bien hay una excepción, cuando la media de una circunscripción a escala nacional rebase 15 por ciento, es decir, los municipios más grandes del país mantendrán conformaciones de más de un distrito en su territorio, lo que se registra en las principales capitales del país.

Asimismo, los criterios técnicos establecen que todos los distritos tendrán continuidad geográfica, pero en su conformación deberán tomar en cuenta las divisiones político-administrativas (municipios) y los accidentes geográficos, según se determina en el acuerdo del IFE que incorporó el Comité Técnico para el Seguimiento y Evaluación de los Trabajos de Redistritación.

En principio, a diferencia de la pasada redistritación, concretada en 2005, cuando el Partido de la Revolución Democrática cuestionó los criterios técnicos aplicados y planteó que había un sesgo político en la reasignación de distritos, no ha habido objeciones centrales a los criterios técnicos que se aplicarán para reconfigurar el mapa electoral del país.

De acuerdo con las primeras proyecciones, el Distrito Federal pasará de 27 a 24 distritos; Veracruz, de 21 a 20; Puebla, de 14 a 13; Oaxaca, de 11 a 10, y San Luis Potosí, de ocho a siete.

Por el contrario, la entidad con mayor padrón en el país, que mantiene un crecimiento demográfico en años recientes, es el estado de México, el cual tendrá ahora 41 distritos, incluyendo el que le será asignado. Jalisco pasará de 14 a 15, al igual que Guanajuato; Tamaulipas, de ocho a nueve; Querétaro, de cuatro a cinco, y Quintana Roo, de tres a cuatro.

El proceso de redistritación aún se encuentra sujeto a una valoración del área técnica, los partidos políticos y, en su momento, deberá ser validado por el Consejo General, lo cual implica que su aprobación definitiva tardará aún varios meses.