or razones de modernidad, los diputados priístas y panistas echaron al bote de la basura otro mandato constitucional. Se trata de la prohibición (artículo 27) de que en una faja de 100 kilómetros a lo largo de las fronteras, y de 50 en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras y aguas. Tricolores y blanquiazules (con el apoyo de algunos perredistas) consideraron que era necesario borrarlo de la ley, porque no ha sido alterado desde su promulgación, amén de que el sustento de tal negativa es sólo histórica y, en consecuencia, ha dejado de tener vigencia y contenido práctico” (Julio César Moreno, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, dixit).

Lo llamativo es que en sólo 15 días hábiles los modernos cuan vertiginosos diputados recorrieron el (habitualmente) kilométrico camino de la burocracia legislativa (de la presentación de la iniciativa de ley a la votación en el pleno), y por la vía del fast track se aprobó (356 votos a favor, 119 en contra y dos abstenciones) la iniciativa de ley que apenas el pasado 3 de abril presentaron los priístas Manlio Fabio Beltrones y Gloria Elizabeth Núñez Sánchez, y el panista Raúl Paz Alonzo, con el fin de reformar la fracción primera del 27 constitucional y así permitir a los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras y aguas en fronteras y playas.

Pues bien, sobre la decisión de los diputados de fortalecer el modelo de apartheid que se viene construyendo en México desde 30 años atrás, van algunos pasajes del análisis que sobre la citada reforma prianista (con sus pinceladas perredistas) realizó la reconocida investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, María Luisa Cabral Bowling:

La referida prohibición constitucional “tiene una historia, la más relevante es la pérdida de más de la mitad del territorio a manos de Estados Unidos. La razón de su existencia no es el chauvinismo, la xenofobia o el nacionalismo mal entendido. Nada parecido. Simplemente es una protección ante el enorme desequilibrio económico y político de México y de los mexicanos frente a Estados Unidos y los estadunidenses. Se requiere una visión más integral y más profunda de la situación (aunque) ¿cómo pedirle que entienda de geopolítica y de coyunturas internacionales, si no sabe ni cuál es la capital de Veracruz?

“La desigualdad entre los dos países lejos de superarse se ha profundizado gravemente. A partir de los noventas aumentamos de manera todavía más desequilibrada nuestra dependencia de Estados Unidos, en materia económica y comercial con el TLC y a partir de la aprobación de Aspan, por cierto firmado en Los Cabos, y desde el Plan Mérida incluso en materia de seguridad. A esto podríamos agregar que la reforma laboral y la anunciada reforma energética obedecen más o los intereses estadunidenses y a la crisis económica que desataron desde 2008, que a los intereses de la sociedad mexicana. Definitivamente no es aceptable el argumento de que ya no debemos temer a nuestros vecinos.

“Sabemos que la actual administración ya no quiere hablar de guerra contra el narco, no sé cómo se le pueda llamar ahora al conflicto armado, o lo que sea, pero el hecho es que esta condición de violencia por el narco está muy lejos de terminar, ha seguido creciendo y agravándose y el hecho también es que no es un conflicto interno nacional sino un conflicto por lo menos binacional, de Estados Unidos y México, porque el gran negocio y el gran consumo están allá, aunque la inmensa mayoría de las muertes, sobre todo las más violentas, estén acá. Así que más bien estamos otra vez en uno de los momentos más delicados de la historia de nuestro país, aunque no lo quieran ver así.

“…México está siendo utilizado por Estados Unidos, en todos sentidos, como su colchón de amortiguamiento económico, en mano de obra barata y receptor de inversiones desreguladas, de afectación del medio ambiente, entre muchos otros aspectos. Permitir la adquisición directa de tierras por los extranjeros va a agravar los conflictos de la tenencia de la tierra que ya existen, y la península de Baja California es especialmente vulnerable al respecto, por razones geográficas e históricas. Ya en Baja California Sur vemos conflictos por propiedades costeras de las más valiosas entre estadunidenses, como es el caso de Punta Arena de la Ventana. En Baja California Sur ocupamos desde hace ya varios años uno de los primeros lugares entre las entidades con mayor tasa de denuncias por el delito de despojo, junto con el estado de Morelos, donde los conflictos campesinos se han agravado en los últimos años.

“Si hasta ahora sin la ‘reforma’ ya las principales playas están cerradas, muchas de ellas con vigilancia armada que impide la entrada a los mexicanos, esa presión va a aumentar ahora considerablemente… Los mexicanos todavía tenemos un concepto muy diferente de la propiedad. Para nosotros el subsuelo, la atmósfera y las playas son de la nación, de todos los mexicanos, para ellos no. O sea que la presión para privatizar las playas será tremenda. Según los términos de la propuesta, los particulares extranjeros pueden adquirir propiedades sólo para uso de vivienda y no para negocios lucrativos, y en Los Cabos lo que predomina son los grandes desarrollos inmobiliarios, negocios donde los extranjeros son los principales beneficiarios.

El peligro es mayor ahora, pues las instituciones de nuestro país están debilitadas en extremo, en que tenemos una corrupción generalizada, cada vez con menos instrumentos para combatirla y en que la impartición de justicia se encuentra en uno de sus peores momentos.

Falta la ratificación del Senado, pero con la velocidad que lleva la modernidad, en poco tiempo a los mexicanos se les exigirá un permiso especial para que puedan habitar en su propio país.

Las rebanadas del pastel

Y mientras Andrea Benítez González (@AndyBenitezz, la Lady Profeco), hija del procurador Federal del Consumidor Humberto Benítez Treviño, amenazó y clausuró un restaurante en el Distrito Federal por hacerla esperar mesa, va una explicación científica sobre los beneficios de la privatización-extranjerización de las playas mexicanas: el ciudadano seguirá disfrutando de las playas y sus bellezas naturales, pero ahora se verán más bonitas, porque los que tengan sus playas privadas tendrán obligación de tenerlas limpias, con torre salvavidas y vigilancia (Ezequiel Guzmán Arango, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Veracruz; La Jornada Veracruz, Roxana Aguirre).

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