El escritor chileno falleció en 2003
Domingo 28 de abril de 2013, p. 6
Santiago, 27 de abril.
La literatura universal recordará este domingo el 60 aniversario del nacimiento del escritor chileno Roberto Bolaño, quien intentó corroer los bordes de la novela con obras como 2666 y Los detectives salvajes.
Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos
, arengó en México a su séquito de poetas infrarrealista e inició un camino literario y humano que sólo la muerte detuvo en 2003.
Hijo de boxeador y profesora, su obra fue un viaje por los confines de la literatura, pero, sobre todo, un intento por reinventar la novela cervantina. Una pelea de verdad
, como subrayó.
Asesinos que defecan en iglesias, escritores de pasado nazi, académicos temerosos, putas asesinas y narcotraficantes constituyen para Bolaño un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento
, como dijo al evocar a Charles Baudelaire.
Sus novelas y cuentos, y también su más escasa poesía, recorrieron América, Europa y África con cientos de personajes siempre caminando al borde de sus abismos.
Frente a ese destilado de clichés, que se vanagloriaba de retratar las contradicciones íntimas de la realidad latinoamericana, Bolaño opuso una nueva épica o más bien la antiética encabezada por Arturo Belano y Ulises Lima
, opinó el escritor Jorge Volpi.
Ganador de los premios Herralde (1998) y Rómulo Gallegos (1999), su amigo y crítico Ignacio Echavarría lo considera un ícono de la novela latinoamericana, a la altura de los argentinos Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.