Los auriazules, con su mejor versión, llegan a 23 puntos y suben hasta el quinto sitio
Tito Villa, una pesadilla para la zaga local, adelantó a los regiomontanos
Ayala hizo un autogol y el delantero argentino selló la victoria
Darío Verón salvó una oportunidad en la raya
Lunes 15 de abril de 2013, p. 2
¿Cómo no merecer una victoria tan lustrosa cuando se anota de esa manera? ¿Cómo no va a ser justo derribar al que parecía inquebrantable cuando se le juega con tanta vocación de éxito? Ayer jugó la mejor versión de Pumas y pudo someter al líder Tigres, un equipo que parecía imbatible. Le ganó 2-1, con tantos que tuvieron su cuota de fortuna –claro está que para los auriazules– en un autogol de Hugo Ayala y con una tijera de Martín Bravo que duró un instante, pero provocará suspiros por mucho tiempo.
El paisaje no resultó amable en Ciudad Universitaria. Los locales tuvieron que trabajar con la corriente en contra, al recibir el primer gol a los ocho minutos de juego y por un hombre que a estas alturas tenía también ecos de afrenta: Emanuel Tito Villa, quien apenas hace cinco meses vestía de azul y oro, saltó como si buscara fichar para la NBA y voló por encima de un pasivo Marco Antonio Pikolín Palacios, quien ni siquiera volteó a ver cómo el argentino le encajaba un remate de cabeza en sus narices.
La temperatura emocional subió de manera inmediata y empezó el nerviosismo. No era gratuito, pues estaban ante el único invicto del torneo en la fecha 14, que juega de manera casi impecable y tiene un potencial ofensivo que imprime respeto a sus adversarios. La tribuna reaccionó de inmediato, solidaria y exigente, pero con la suficiente honestidad que calaba en el espíritu de sus jugadores.
Tito Villa estaba crecido. Empezó a entrar al área con confianza, casi insolencia, y exhibía la lenta reacción de la defensa universitaria, sobre todo la de Pikolín, quien sufrió un humillante túnel en una de las llegadas del argentino, que para suerte de los locales no terminó en la red.
Pero la fortuna operó para los de casa. Cuatro minutos después de recibir el gol que complicaba el partido a Pumas, Javier Cortés cobró una falta, pero la trayectoria del balón fue desviada por Hugo Ayala, quien anotó el autogol que igualó el marcador.
A partir de ahí Pumas comenzó a jugar con entusiasmo, casi con alegría, ante unos Tigres que de pronto ya no encontraron cómo avanzar del mediocampo.
Los visitantes exhibían una coordinación casi coreográfica, con pases precisos, desbordes rápidos y de un solo toque, pero fue insuficiente.
Bravo corría como suele hacerlo: con más actitud que tino, pero los aficionados aplaudían cada muestra de entusiasmo, aunque terminara en tiros descompuestos o en balones directos a las manos del portero regiomontano.
A la media hora de juego, un córner que alcanzó a rozar Darío Verón fue prendido con una delicia de tijera de Martín Bravo que encajó con fuerza en el arco de Enrique Palos. Un gol que hizo suspirar a todos en el estadio universitario, tal vez hasta a los rivales del norte.
Pumas estuvo más cerca de anotar el tercero, sobre todo en la primera parte. Aún así, Tigres dejó escapar una oportunidad alarmante. Villa, convertido en un demonio en el área de Pumas, quebró la marca y provocó la salida del portero Alejandro Palacios, quien al morder el anzuelo quedó tendido en el pasto. Tito apuntó hacia el arco vacío, pero en ese momento apareció majestuoso el defensa Darío Verón y tapó un tiro que parecía seguro de entrar a la meta.
El descanso sirvió para modificar algunas piezas de Tigres, pero al final no terminó por funcionar como Tuca Ferretti pretendía; aunque ganaron terreno, ya no era tan peligroso como en los primeros minutos: parecía cansado.
Después del partido, Ferretti dijo que la posibilidad de perder lo invicto siempre estuvo latente. Lo importante, resaltó, es que un equipo debe buscar la clasificación a la liguilla y esa meta está asegurada con sus 29 unidades.
Hoy naturalmente no se pudo rescatar ningún punto; dicen, aunque no me gusta, que muchas derrotas te enseñan muchas cosas. Yo no estoy de acuerdo, prefiero sacar buenos resultados y seguir trabajando
, enfatizó Ferretti.
En Pumas, en cambio, quedó la satisfacción de un partido afortunado y de detener a un equipo que tardó 14 juegos en ser derrotado. Además, se colocó en el quinto puesto de la tabla, con 23 puntos, listo para enfrentar al América el sábado, en pos de asegurar el pase.