Reivindica el muralismo: González Gortázar
Sábado 6 de abril de 2013, p. 6
El público que asistió a la presentación de La generación de la Ruptura y sus antecedentes, obra de Lelia Driben, la noche del jueves en la Librería Rosario Castellanos, superó la capacidad del auditorio.
Gran parte eran integrantes de la comunidad artística, tan ávidos de escuchar los comentarios y de opinar que no advirtieron que ocurría un sismo.
El arquitecto y escultor Fernando González Gortázar expresó su extrañeza de que no existiera ninguna monografía previa al volumen publicado por el Fondo de Cultura Económica, habiendo sido un movimiento tan central, tenido tantas consecuencias y dejado tantos herederos, entre los que me incluyo
.
De allí que el libro de Lelia tiene todos los méritos y todos los riesgos de los pioneros. El primero es el de establecer un elenco discutible y polémico del que se derivan muchas reflexiones
.
Del capítulo Modernistas solitarios, González Gortázar dijo extrañar a Waldemar Sjolander. A pesar de estar totalmente de acuerdo con su elenco
, al ponente le hubiera gustado que la autora explicara también sus exclusiones
, como Francisco Corzas y Rafael Coronel.
Asimismo, el arquitecto manifestó su dolor
por la ausencia de la escultura en el libro. Llamó injusto
el hecho de haber excluido a Ángela Gurría y Helen Escobedo. Y como Juan Soriano y Vlady nacieron en 1920, preguntó: ¿no deberían ser vistos como parte de la Ruptura y no como precursores?
En vista de que hay 19 años de diferencia de edades entre Pedro Coronel (1921-1985) y Arnoldo Coen y Francisco Toledo (ambos nacidos en 1940), afirmó que la Ruptura no es una generación, tampoco un grupo. Fue un movimiento cuyas características habría que precisar
. Llamó un acto de justicia
que el libro vea al muralismo mexicano como una primera vanguardia de este país
.
Ante la pregunta de alguien del público en el sentido de la existencia de una obra simbólica de esa generación, Driben pensó
en La condesa de Uta, de Alberto Gironella, cuadro expuesto en la Galería Prisse, aunque en términos justos no hay una obra que marque el comienzo de la Ruptura
.