Energía
Martes 2 de abril de 2013, p. 22
El descenso en las importaciones de petróleo crudo en EU tiene sustanciales implicaciones potenciales para los mercados mundiales, y podría anunciar un cambio estructural. Entre los rasgos de ese cambio –impulsado por el aumento en la producción de petróleo de formaciones compactas (tight oil) en EU– estaría que el país dejaría de ser el principal importador mundial, los exportadores se ajustarían a un mercado más centrado en China y Asia, y el propio EU se convertiría en exportador de más productos de petróleo refinado.
Si bien la menor demanda de petróleo extranjero en EU refleja en parte las dificultades económicas internas, una de las causas principales es que el país produce ahora más. Estimamos que la producción total en 2012 fue de 9.1m barriles/día (b/d), lo cual marca un incremento de 12% respecto del año anterior, y es resultado del auge en la producción de petróleo no convencional. Las técnicas avanzadas de perforación para extraer petróleo ligero atrapado en formaciones rocosas revoluciona la industria y permite a las empresas acceder a campos antes cerrados o comercialmente incosteables. EU ha estado a la vanguardia en la técnica de fracturación hidráulica
, elemento clave en la extracción de ese tipo de crudo.
¿De qué magnitud es el impacto de este auge de producción? Según la Administración de Información Energética, perteneciente al Departamento de Energía (DE) de EU, las importaciones de ese país cayeron en diciembre de 2012 a 7.6 millones de b/d, el nivel más bajo en casi 16 años y 30% debajo del punto más alto de junio de 2005, cuando llegaron a 10.8 millones. También fue 13% más baja que un año antes.
En consecuencia, el mercado de EU se vuelve más difícil para los exportadores, sobre todo para los especializados en los grados ligeros y fáciles de refinar, semejantes a los que se producen localmente. Las importaciones de crudo nigeriano en diciembre de 2012 fueron 54% menores que el mismo mes del año anterior, y 82% menores que el punto más alto de 2006. Algo similar ocurre con Angola, que exportó 68% menos crudo a EU en diciembre de 2012 que un año antes, y con Argelia.
Las implicaciones para los productores del Golfo son menos claras. Las compras a Arabia Saudita, normalmente segundo o tercer proveedor de EU, también han descendido; pero los estados del Golfo exportan crudo más pesado, que compite menos directamente con la producción local. La participación accionaria de Arabia Saudita en las refinerías estadunidenses también podría resguardar al reino de los peores efectos de una caída de sus ventas. El tiempo y costo de recalibrar las refinerías para aceptar un petróleo de diferente grado podrían dar a los compradores una razón para no cambiar a proveedores locales.
La reacción de los mercados
Pese a las incertidumbres que rodean el futuro de la producción de petróleo no convencional, nuestra predicción central es que en EU continuará creciendo más aprisa que la demanda en los próximos años. Prevemos que en 2017 llegue a 10.9 millones de b/d, 20% más que en 2012, aunque la extracción es costosa y causa polémica por su impacto ambiental, además de que las nuevas inversiones dependen de que los precios se mantengan altos. La revolución del petróleo no convencional podría ser víctima de su propio éxito, pues cualquier incremento en la producción de EU asociado a esta técnica naturalmente debe reducir los precios (si los demás factores se mantienen constantes). En los dos años pasados ha surgido una diferencia significativa entre el precio del crudo de referencia de EU, West Texas Intermediate, y referentes como el Brent europeo, que se ha vuelto mucho más costoso. En el pasado no sólo había menos diferencia entre ambos, sino que el primero se cotizaba a un precio ligeramente mayor que el segundo por ser de un grado más ligero.
El cuadro completo es más complejo, pues la diferencia de precios refleja también otros factores: cuellos de botella en el transporte en EU, mayor oferta de petróleo canadiense de arenas bituminosas, y el impacto de las sanciones contra Irán sobre los crudos de referencia embarcados por mar. Además, como la mayoría de las exportaciones de crudo están prohibidas en EU, es posible que los precios dentro del país se reduzcan al crecer la producción doméstica, si bien el veto no se aplica a productos refinados como la gasolina.
Sea que la revolución del petróleo no convencional cumpla su potencial o no, el mercado global enfrenta cambios. Si bien la autosuficiencia estadunidense es un sueño distante, la perspectiva de menor dependencia del crudo extranjero es significativa. El cambio hacia Asia –China en particular– como centro de gravedad de los mercados petroleros globales podría acelerarse. Por ejemplo, Nigeria, el mayor productor africano, vende mucho petróleo a India, que está cerca de superar a EU como el mayor cliente de ese país.
La implicación a largo plazo es que EU deberá dejar a China el lugar de primer importador mundial de petróleo, pero no es algo tan inminente como podría pensarse. Hace poco se divulgó que China ya había alcanzado ese nivel, pero con datos referentes a un solo mes de 2012, en el que las importaciones fueron impulsadas por un alza súbita en la actividad de las refinerías en diciembre, con vistas a un aumento en la demanda que no se ha materializado.
Tal vez resulte más significativo que el propio EU se vuelva un mayor exportador, lo que elevará la oferta internacional y reducirá la presión sobre los precios. No creemos que el Congreso de ese país derogue el veto a las exportaciones de crudo, pues se considera asunto de seguridad nacional, pero sí es posible que se empiecen a exportar mayores cantidades de productos refinados. La extensión en que esto ocurra dependerá del impacto del auge de la fragmentación de rocas sobre la inversión en refinerías. Si los precios del petróleo en EU se mantienen a niveles históricos altos –aunque sean más bajos que los referentes internacionales–, se podría alentar un renacimiento de la inversión en refinerías orientadas a la exportación. Pero si el aumento de producción de petróleo no convencional condujera a una sobreabundancia que redujera los precios, el incentivo para invertir disminuiría.
Además, por mucho éxito que tenga en explotar nuevas fuentes internas de petróleo, EU seguirá expuesto a los mercados internacionales. Su consumo es de 19 millones de b/d, mucho mayor que su capacidad de producción. La combinación usual de factores geopolíticos y relativos al mercado –desde las decisiones de producción de la OPEP hasta la turbulencia política en Medio Oriente– continuará afectando la oferta y los precios en la superpotencia, así como las decisiones de inversión de las compañías exploradoras. En suma, el petróleo de formaciones compactas seguirá siendo apenas uno de los componentes en una compleja trama de fuerzas interactuantes en el mercado, y sólo parte de la respuesta las necesidades energéticas estadunidenses.
Fuente: EIU
Traducción: Jorge Anaya