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Corruptos, desencantados, huérfanos, nostálgicos y desertores, algunos de ellos

Surgen en el PAN siete grupos luego de 12 años en la Presidencia: Rodríguez Prats

Descalabro electoral, porque no se dejaron atrás apetitos personales, dice revista del partido

 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de marzo de 2013, p. 13

En el Partido Acción Nacional (PAN) hay siete grupos: los corruptos, los preocupados por ver a qué se dedicarán este sexenio, los nostálgicos, los huérfanos, los desertores, los desencantados y los perseverantes.

Así disecciona Juan José Rodríguez Prats a sus correligionarios en un análisis publicado sobre los 12 años del partido en el poder federal en la revista Palabra.

En coautoría con Rosa María Giorgana Pedrero, menciona que el grupo más deleznable ha caído en la tentación de la corrupción. Resuelta su situación personal, ya no le aflige la incertidumbre del futuro.

El número de marzo se dedica al tema y se inicia con una reflexión del director de la revista, Tomás Trueba, sobre las causas de la debacle electoral panista:

Desde luego, mucho es que no avanzamos como partido ni como gobierno para ciudadanizar. Mucho menos tuvimos la capacidad o no quisimos comunicar los logros y las diferencias de un gobierno humanista con un gobierno autoritario, y lo más grave es que, como militantes y funcionarios, no dejamos atrás los apetitos personales por la preeminencia del bien común. Una docena de años en el Poder Ejecutivo, pero sin lograr poner en el pandero nuestra doctrina y sin consolidar una victoria cultural.

Los preocupados

Elaborado antes de las elecciones de 2012, el artículo, que lleva el título El PAN. Una reflexión doctrinaria, de Rodríguez Prats Y Giorgana Pedrero, plantea que el primer y más numeroso grupo dentro del blanquiazul era el preocupado por su futuro laboral si no retenían la Presidencia.

De hecho, este es un malestar en nuestra embrionaria democracia, puesto que con la alternancia se ha afectado a quienes deberían ser respetados en posiciones logradas gracias a su trabajo. La Ley del Servicio Profesional de Carrera, desafortunadamente, tiene muchas lagunas, motivo por el cual este temor cunde en todo el aparato gubernamental, explica.

El segundo es el de los nostálgicos, más apegados a la doctrina de su fundador, Manuel Gómez Morín, quienes sienten que el poder corrompió a los militantes que ocupan cargos públicos y se asemejan a los eternos adversarios.

Otros panistas se sienten en la orfandad. No saben en qué creer y se cuestionaron si impondrían a un candidato a la Presidencia de la República o si sería elegido en un proceso democrático auténtico, invadido por la incertidumbre. No saben si sumarse a facciones políticas del partido que han roto su tradicional cohesión y congruencia.

El cuarto grupo tendió puentes personales con otras organizaciones políticas. Podrían definirse como los desertores; están dispuestos a dar el paso para abandonar el partido que les ha dado cobijo y oportunidades de acción política.

También se encuentran los desencantados, quienes ya no tienen mayor esperanza y sienten que los bellos ideales panistas quedaron únicamente en eso. Han adoptado una actitud de marginación, desaliento y resignación.

Por último están los perseverantes, quienes con todo y los tropiezos, el desaliento y ante la manifestación de la pobreza de la condición humana no dejan de tener fe y esperanza en los principios panistas.

Aconseja que ante este escenario y sin caer en actitudes catastrofistas, el PAN se nutra nuevamente de su doctrina y retorne a los orígenes, a los tiempos de Gómez Morín.

El artículo, de 24 páginas, hace un amplio análisis de las bases doctrinarias del partido, así como de sus fortalezas y debilidades. Entre estas últimas menciona: “El PAN no empujó lo suficiente –tal vez ni siquiera el intento hizo– para impregnar al aparato gubernamental de una ética básica para impedir cualquier tentación de desvío en el ejercicio del poder. Ese es el error de origen y de mayor gravedad: la condescendencia, por miedo, por inercia, por falta de convicción íntima, por debilidad de carácter o por cualquier otro motivo, con la deshonestidad”.