Las muñecas bailaban: un soldado vio a una de ellas y se enamoró, pero la muñeca había dado ya su corazón a un polichinela perezoso, frívolo y pendenciero. El cuento es de lo más sencillo, incluso infantil, dijo Claude Debussy (1862-1918), autor de la música para el ballet La caja de juguetes, quien este año es celebrado por su 150 aniversario. Un cuento de música, danza y muñecos, basado en la pieza del compositor francés, que se estrenó en el Teatro de las Artes el 17 de marzo.

La emoción se nota cuando las luces se apagan por completo y comienzan a correr las cortinas. Los asistentes, quienes en su mayoría no alcanzan a tocar el suelo con los pies que penden de las rojas butacas, lanzan risitas nerviosas y gritos contenidos, atrapados en sus gargantas.

Al noveno compás aparece una flauta traviesa que en seguida es perseguida por las cuerdas, luego por los alientos, hasta que se incorpora el resto de la orquesta con todo y ruidosos timbales. ¡Guau! ¡Es un sol!, exclaman por fin ante la aparición de un círculo enorme que cuelga en el fondo, a veces es un astro, otras, un reloj pendulante, y de vez en cuando, una araña gigante.

Cajas de juguetes como ciudades

Empieza la pantomima: un pirata con pata de palo, la elegante muñeca, un astronauta de cuerda y otros juguetes danzan en el teatro del Centro Nacional de las Artes, durante el ensayo de la puesta en escena, previo a las cuatro funciones formales.

Las cajas de juguetes son como ciudades donde viven los muñecos como personas, afirmó el realizador de libros infantiles André Hellé, quien escribió la historia, plasmada en un libro ilustrado. El compositor francés Claude Debussy hizo la pieza de 40 minutos en 1913, inspirado en su pequeña hija Chouchou y sus juguetes típicos de la Francia de la posguerra. Sin embargo, Debussy no pudo ver su obra estrenarse, pues murió en 1918.

Isabel Romero Romo, directora y coreógrafa del espectáculo que presenta por primera vez en nuestro país la creación de Debussy, dijo a La Jornada que aunque la historia es la misma, se realizó una reinterpretación dancística y plástica. Quisimos explorar más en un terreno plástico, y la guía fue la propuesta de Íker Vicente (quien creó la escenografía) y abordarlo desde la danza contemporánea, que en esa época no existía. El resultado fue una especie de cuento escénico teatral.

Los bailarines en movimientos angulosos, con cierta libertad lejos de la tradición clásica, piruetas y machincuepas, con deambular estrambótico, que se une a una escenografía de objetos esenciales, con algunos elementos centrales que se transforman durante el espectáculo de poco más de media hora de duración. Un biombo se vuelve nubes o la gigante caja de cartón juega a ser elefante, por ejemplo. También en la caja viven gansos y borregos.

Los niños tienen toda la capacidad para crear su propia historia. A mí me pareció que la pieza musical en sí no era nada simple ni lineal, sino muy interesante. Yo no hago cosas lineales, y creo que los niños pueden entrar sin ningún problema a la abstracción y a lo simbólico, opinó Romero Romo, quien trabajó con bailarines del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), adscrito al Instituto Nacional de Bellas Artes.

No hay que ser tan complacientes y aceptar que en algún momento se fugue su atención, igual que sucede con los adultos, y está bien, hay que arriesgarse y darles otras opciones, no todo tiene que ser estridente y súper colorido todo el tiempo.

La producción fue realizada por la Asociación Martes del Ópera, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), además de la delegación Coyoacán, por lo que la primera función del domingo 17 se donó al público de la demarcación, así como ocurrió con la función de ensayo el pasado viernes, adonde asistieron niños de primero, quinto y sexto grados de la primaria Wilfrido Massieu.

José Luis Bustillos, quien dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Coyoacán, en rotación con Jorge Pastor Escobar, comentó que a 150 años del nacimiento de Debussy, para los músicos se trató de una obra nueva. Las texturas del lenguaje, del vocabulario que maneja Debussy son un reto. No es muy tocado como compositor, al menos aquí en México; entonces, para la orquesta la principal experiencia fue entrar en el lenguaje de la música de inicios del siglo XX y empatarlo con el lenguaje de la danza.

Al iniciar su cuento, André Hellé también escribió: Tal vez los pueblos son realmente justo como cajas de juguetes, donde las personas viven como muñecos.

Hoy se ofrecerán las últimas funciones, a las 11 y 13 horas.