Al otorgar el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) al arquitecto Teodoro González de León, el rector general de esa casa de estudios, Enrique Fernández Fassnacht, destacó que sus contribuciones han dotado a la ciudad de México de significativos espacios icónicos de la paisajística urbana y lo consideró ejemplo incansable de trabajo, pasión y dedicación por la vocación de constructor.

En el auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General, Felipe Leal se refirió al galardonado como un ciudadano en el mejor sentido, un ser social, un auténtico renacentista de los siglos XX y XXI.

Acompañado de colegas, familiares, amigos y universitarios, González de León consideró como tarea principal de la enseñanza hacer ver al aprendiz de arquitecto que todos sus trazos son significativos, que tienen el potencial latente para hacer triste y monótono el escenario de nuestras vidas o para convertir nuestras ciudades en verdaderas obras de arte y en lugares de silencio, alegría, reflexión y exaltación.

Se refirió a la arquitectura como la más dura de las artes plásticas por su compromiso originario de servicio: en ella recaen todas las demandas de la sociedad actual globalizada y permanentemente actualizada, participativa y consciente del espacio urbano y del respeto al ambiente.