Dice que la cruzada contra el hambre no es asistencialista, desarrollará capacidades
El subsecretario de Sedeso niega discriminación al seleccionar a los beneficiados del programa
Jueves 7 de marzo de 2013, p. 23
En este sexenio no se va a acabar la pobreza, sería irresponsable decirlo
. Lo que se atacará, en una primera fase, es el hambre que sufren 7.4 millones de mexicanos, sostuvo Ernesto Nemer Álvarez, subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso).
En entrevista con La Jornada, explicó que la diferencia de la Cruzada Nacional contra el Hambre respecto de programas de otros sexenios, es que ahora hay una estrategia, una focalización y una evaluación, además de que no será un proyecto asistencialista, sino que tiene un enfoque de desarrollo de capacidades
.
Detalló que se priorizaron 400 municipios que tienen pobreza extrema y carencia alimentaria. De la intersección entre los 28 millones de personas en carencia alimentaria y los 11.7 millones en pobreza extrema, se encontró que 7.4 millones son los que están en esas dos condiciones, son los más pobres de los pobres
.
Descartó que haya discriminación por el hecho de que quedaron fuera de la cruzada 4.3 millones de personas en extrema pobreza, de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Es una primera etapa
La política social, apuntó, estará en marcha los seis años del gobierno y en esta primera etapa hay un criterio de selección, pero se cubrirán los 2 mil 457 municipios durante el resto de la administración. Tenemos un primer universo, seríamos muy irresponsables si decimos que vamos a llegar a los 52 millones de pobres. Primero tenemos que atender la carencia alimentaria y la pobreza extrema. Sería una falacia decir que vamos a abatir la miseria en este país en seis años
, señaló.
Los programas de alto impacto social de todas las dependencias del gobierno federal se van a alinear para estas comunidades, para que se puedan mover los indicadores. La cruzada es una estrategia de focalización, es un tiro de precisión
. Dijo que aunque estas acciones se aplican a lo largo del país, el problema es que están dispersos, pulverizados y lo que tenemos que hacer es orientarlos hacia esas familias, a esas personas que viven en esa carencia alimentaria y pobreza extrema para mejorar su calidad de vida
.
Respecto de las fallas que presentan los programas sociales, detalló que “debemos dejar de ser asistencialistas y pasar a la política de segundo nivel: el desarrollo de las capacidades. Convertirnos en un espacio y en una plataforma para generar empleos.
El funcionario explicó que con Oportunidades, donde está el mayor número de familias beneficiadas (se busca) que éstas puedan dejar de recibir apoyos y transformar su vida con proyectos productivos, esta es hoy la diferencia. Se pretende dar un paso más, dejar a un lado el asistencialismo y dedicarnos al desarrollo de capacidades”.
Sin apoyo para partidos
Consideró que durante el sexenio pasado el principal programa social, Oportunidades, fue “particularmente asistencialista. Ayudó mucho, fue reconocido internacionalmente, pero debemos dar un segundo paso. Ya cumplimos con la etapa de atender el tema de educación, salud y alimentación, tenemos que ir más allá. Al desarrollo de capacidades y convertir a los beneficiarios en sujetos productivos. En las reglas de operación este cambio ya aparece. Cualquier programa social debe moverse hacia un tema de desarrollo de capacidades.
–Hay varios delegados que manejarán los programas en los estados, y que son reconocidos como operadores políticos, ¿por qué este perfil?
–No hay un perfil de operadores políticos, todos los servidores públicos tenemos que operar políticamente. Esto no significa actuar en favor de un partido, sino de la gente, si hubiese alguna denuncia las autoridades deben dar respuesta.
No es un tema de operación política para favorecer a un partido político, es un tema de capitalización social de los programas
, enfatizó el funcionario de Sedeso.