Guillermo Velázquez –fundador y director del grupo Los Leones de la Sierra Xichú–, ejecutante de la guitarra quinta huapanguera y autor de más 100 canciones, considera que uno de los mejores foros es el rancho Los Matorrales, en Guanajuato.

Dijo: No he sido trovador y huapanguero durante 35 años para actuar en el Teatro de la Ciudad, donde el próximo sábado dará un concierto de aniversario con su grupo, sino porque soy depositario de una tradición: la del huapango arribeño.

Para él no es un fin actuar en ése ni en cualquier otro foro, porque luego del concierto me iré a Los Matorrales para estar en el ambiente natural de mi tradición: a la intemperie, donde el audio no tendrá nada que ver con el del teatro, pero sí con un ambiente en el que se ve correr a los niños; en el que los ancianos oyen cantar al poeta; el de las parejas bailando. Ése es el México entrañable al que le queremos cantar; el que está vivo y sigue siendo poderoso, pero también el que nos duele, el que me tocó vivir, dijo Velázquez. Aseguró que el concierto en el Teatro de la Ciudad, nombrado Del México florido y espinudo, será un viaje.

Velázquez (creador de varios cientos de poesías y compilador de varios libros) expuso que en la presentación pondrá a pensar a los asistentes por medio de la melodía y la poesía decimal. Se le cantará al México entrañable y vivo, pero también al que duele y nos ha tocado vivir.

Lejos de recrear un muestrario etnomusicológico de lo que es el son arribeño, dijo que presentará una producción rigurosamente artística, en la que se incorporarán elementos de la tecnología contemporánea.

Comentó: Habrá canciones de mi autoría que tienen que ver con la tierra a la que pertenezco. Espero que seamos capaces de hilvanar una producción que toque fibras profundas, la conciencia, las entrañas, el corazón.

Se puede decir que en 1977 Velázquez se inició en este género popular, alimentándose del conocimiento, sensibilidad y experiencia de los viejos músicos y trovadores.

Ya involucrado en la dinámica de trovar y tocar, desarrolló poco a poco su estilo, en el que están sus preocupaciones centrales, como expresar y dar cuenta de la problemática social, cultural y política de su región, del país y del mundo.

Su aporte ha sido uno de los factores que han influido para que esta tradición (prácticamente desconocida fuera de la región hasta antes de 1980) se fortalezca y vigorice.

En su trayectoria ha compartido con todo tipo de trovadores, pero su quehacer lo sigue desempeñando en el ambiente de las fiestas populares, aunque ha participado en programas y circuitos de difusión cultural de diversas instituciones, en los que ha recorrido gran parte del país. También se ha presentado en diversos e innumerables espacios desde finales de los años 80 y ha representado a México en encuentros de trovadores en muchos lugares del mundo. Más de 30 placas lo respaldan.

Hoy día, los poetas trovadores tenemos opinión y expresarla es un derecho legítimo, diceFoto Juan José Olivares

Somos depositarios de esa tradición, que no empieza ni termina con nosotros. La recibimos para conservarla y actualizarla de acuerdo con el tiempo que nos ha tocado vivir, para dignificarla y entregarla a los que siguen.

El músico, siempre comprometido con la sociedad, dijo que en su concierto –en el que lo acompañarán músicos como Los Camperos de Valles, Guillermpo Briseño, Licha Flores, Hebe Rosell, Gilberto Chávez y Alexito Montaño– se tocarán temas que duelen, pero que serán abordados con humor, como la migración al norte del país.

Música viva

Afirmó que el objetivo del concierto es que el huapango arribeño emerja. Contra lo que muchos piensan, la música tradicional mexicana no está en agonía ni en peligro de extinción. El son arribeño es música que nos ha dado patria e identidad. No venimos al Teatro de la Ciudad a dar a conocer una reliquia, sino a un ser vivo y una energía poderosa que sustenta una música como ésta. En el concierto trataremos de decir lo que somos. A estas alturas del siglo XXI, los músicos tradicionales debemos ser conscientes de lo que valemos, de la dignidad que tenemos, y hay que defenderla frente a quien sea y a lo que sea.

Velázquez, a quien se le recuerda por ser parte del elenco de aquellos festivales culturales que organizaba el extinto Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y que se realizaban en el Auditorio Nacional (antes de su remodelación) y en el que actuaba una pléyade de artistas comprometidos, afirma que “un trovador de ninguna manera es un poeta dedicado a la adulación, sino una persona que hasta, donde le es posible, representa el sentido y la voz de la gente a la pertenece.

Soy enemigo del panfleto y considero que lo que hacemos es un ejercicio contemporáneo de la antigua juglería. Éramos periodistas y cronistas antes de que irrumpieran en las comunidades campesinas las carreteras, el radio, la televisión. Creo que hemos recuperado la función social de opinar; por ello, hoy día los poetas trovadores tenemos opinión, y expresarla es un legítimo derecho.

Guillermo Velázaquez celebra 35 años de carrera el próximo 9 de marzo a las 19 horas, en el Teratro de la Ciudad. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del recinto y al 53259000.