Afecta tanto a extranjeras en su paso por el país como a mexicanas
Jueves 31 de enero de 2013, p. 18
Una mujer por día es violada, secuestrada para ser sometida a comercio sexual o víctima de trata al cruzar las fronteras de México para trasladarse a Estados Unidos, circunstancia que se ha incrementado a raíz de las restricciones de las leyes migratorias, alertó Jaime Montejo, vocero de la asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez.
La migración de mujeres centroamericanas va en aumento y también la violencia hacia ellas en territorio mexicano
, indicó, tras subrayar que en promedio 30 mujeres al mes son víctimas de violación sexual y sometidas a comercio sexual e incluso a condiciones de esclavitud.
En entrevista, Montejo advirtió que igual suerte corren niños y niñas o adolescentes que acompañan a las migrantes; en algunos casos son los compañeros de las mujeres quienes las usan como moneda de cambio con sicarios o bandas dedicadas a la trata de personas. “Las venden para pagar la cuota que les cobran, de 100 dólares, para subir al tren, y otras sumas estratosféricas que les exigen los polleros para llevarlos a Estados Unidos”.
También abusan de las migrantes policías municipales, estatales y federales. En su mayoría son de El Salvador, Nicaragua y Honduras, quienes además corren el riesgo de contraer enfermedades como el VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual, así como enfrentar embarazos no deseados
, destacó Montejo.
El vocero de Brigada Callejera, organización que defiende los derechos de las trabajadoras sexuales y promueve la salud sexual, indicó que igual riesgo corren las mexicanas que se trasladan al norte del país. “Algunas –mexicanas o centroamericanas–, hay que admitirlo, ya se prostituyen, pero se dirigen a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida”.
Montejo comentó que el mayor número de violaciones de los derechos sexuales y humanos de las migrantes se reporta en entidades como Chiapas, Tabasco y Veracruz, lo mismo que en la frontera norte. En Chiapas se ha recrudecido el número de casos, a raíz de la militarización de que fue objeto la entidad
.
Montejo detalló que, “luego de ser secuestradas por narcotraficantes, las migrantes son violadas y marcadas con tatuajes para después ser víctimas de trata sexual en estados como Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Aguascalientes, Toluca y otras ciudades del estado de México y de Morelos, en cuyas zonas de tolerancia son recluidas en contra de su voluntad, mientras pagan su derecho a seguir avanzando hacia Estados Unidos.
Otras se quedan en calidad de esclavas sexuales; es decir, sin derecho a pagar su libertad
, mientras que algunas se convierten en consortes forzadas por algún operador militar de grupos delictivos.