El rumor que envuelve a los deportistas antes de una competencia no se diluye... algo minúsculo queda instalado en un lugar recóndito de la mente y puede traicionarlos. Esa trastada la sufrió la arquera Alejandra Valencia, de 18 años, quien participó en los Juegos Olímpicos de Londres, donde fue eliminada en dieciseisavos de final. Era su primera experiencia de esa magnitud y piensa que todo el ruido mediático que se tejió alrededor del equipo mexicano minó su confianza.

Mi culpa fue dejarme influir por todo lo que se decía y se esperaba de nosotros en esos días, relata la arquera, quien se prepara junto al equipo mexicano para iniciar el ciclo de competencias 2013, con el Mundial de tiro con arco bajo techo, en Las Vegas, del 8 al 10 de febrero próximo.

Si sabía cuál era mi potencial, no sé para qué empecé a dudar, agrega.

Estaba acostumbrada a competir, pero sin la atención puesta sobre ella, pues sólo se daban a conocer los resultados. En Londres fue distinto, comenta, porque había muchas expectativas en su disciplina y había demasiada gente pendiente de lo que harían los mexicanos. No sólo eso, precisa: había además mucha seguridad de que todo sería éxito.

Es como si no estuviera consciente de que puedo hacer las cosas bien y de pronto me inundara de pensamientos negativos, relata.

Uno puede escuchar todo lo que se dice alrededor, el entusiasmo desbordado, pero al final a uno debe valerle, pero algo se quedó en un lugar escondido de la mente y me traicionó.

La arquera Alejandra Valencia competirá en el Mundial de Las Vegas en febreroFoto Notimex

Esa inseguridad no era evidente, cuenta, pero la arrastraba desde antes de acudir a Londres y en plena competencia la asaltó y disminuyó la confianza en su potencial competitivo.

Mientras competía estaba en lo mío, pero cuando terminé me empecé a cuestionar por lo que no había hecho; me decía: mejor hubiera hecho así o de tal forma, expresa. Al final es cuando hace un ¡ping! Y entonces caigo en cuenta en lo que hice mal, y reconozco que me faltó hacer las cosas que soy capaz.

Alejandra compitió cuando tenía apenas 17 años y cayó 7-1 ante la china Ming Cheng. Esa derrota no la atribuye a su corta edad, sino a su inexperiencia para controlar la presión que se vive en las competencias olímpicas y a todo el ruido que surge alrededor.

Fue un golpe todo lo que genera participar en unos Juegos Olímpicos, admite sobre todo consciente de que llegó a Londres como número cinco de la clasificación mundial.

En unas semanas partirá con el equipo mexicano para participar en el Mundial bajo techo, en Las Vegas. Acuden para explorar lo que vendrá durante el año, el nivel en el que están sus rivales y a sumar puntos. Lo que viví el año pasado fue un gran aprendizaje; ahora lo usaré para que no vuelva a suceder y convertirme en una mejor arquera, finaliza.