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Sostendrá tres combates en este 2013

Me iré como un guerrero, anticipa Terrible Morales

No puedo retirarme con la derrota ante García

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de enero de 2013, p. a11

Érik Morales terminó abatido sobre la lona. Medio cuerpo fuera de las cuerdas y la mirada perdida. Tardó algunos minutos para recuperarse totalmente, hundido en su esquina y pensativo. Era el final de una carrera exitosa que culminaba con aquel zurdazo que le había propinado Danny García el 20 de octubre de 2012. Un golpe que lo despedía de manera violenta del boxeo.

Esa noche, ante la angustia que le provocó ese nocaut, el Terrible tomó el micrófono y se despidió. Muchas gracias a todos. Me voy porque ya no tengo nada que hacer en el boxeo, dijo el tijuanense con un rostro que revelaba la tristeza infinita que lo invadía.

Un mes más tarde modificó aquella decisión. Se va pero no del todo. Como si le fuera imposible despedirse de manera definitiva de los cuadriláteros, decidió pelear tres veces más en este 2013. Aún no sabe contra quién ni la fecha precisa de esos combates, pero está convencido de que los realizará a costa de lo que sea.

Comentó que no puede irse con esa derrota que sufrió ante García en Nueva York. No, porque su biografía de peleador legendario no se lo permite.

No merecía ese final... –se repitió unas semanas después–, por eso voy a hacer tres peleas de despedida, que culminarán con una gran fiesta en Tijuana”.

Repitió la frase varias veces porque El Terrible no podía irse como un perdedor por los años en los que peleó contra los mejores, por el valor y el estilo que desplegó en los combates memorables contra Manny Pacquiao –antes de Juan Manuel Márquez era el único mexicano que presumía una victoria sobre el filipino– y por aquella inolvidable trilogía ante Marco Antonio Barrera.

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El tijuanense Morales augura éxito en sus peleas de retiroFoto La Jornada

Me arriesgué a perder así ante Danny García, pero la verdad es que un gran guerrero, un soñador como yo, siempre estará en riesgo de terminar noqueado, dijo a manera de explicación sobre aquel desenlace que varios ya le habían advertido.

Algunas veces me salí con la mía, pero no siempre iba a ser así, esa vez fallé y y ni modo, ya no puedo enfrentar a rivales más jóvenes y más grandes, admitió con cierto pesar. Por eso visualiza en su mente esa gira o serie de combates para irse como un triunfador.

“Siento que el Terrible merece eso y entonces quiero hacerle su despedida chingona, triunfal, será mi gran final”, expresó.

Anticipó que esas peleas serán ante rivales en condiciones similares a las suyas –un peleador de 37 años de edad–, en una división que no le exija sacrificios descabellados para dar el peso. Serán simbólicas, admitió, pero de inmediato corrigió, porque en su carrera nunca le gustó que le regalaran nada y enfrentó los mayores retos sobre la lona.

“No serán tan simbólicas porque no voy a subir a hacerme güey, eso nunca me ha gustado, tendré ventajas para que sea una noche exitosa, pero tienen que ser competitivas”, indicó.

Como a muchos boxeadores, le cuesta aceptar el retiro, aunque aseguró que no le teme a la vida discreta y nostálgica del peleador jubilado, pues está convencido de que seguirá relacionado con este deporte. Está empecinado en que no puede irse con el recuerdo de su reciente derrota.