Líder radical lanzó hace meses amenazas contra informadores
Viernes 7 de diciembre de 2012, p. 37
Moscú, 6 de diciembre. Los grupos islamitas radicales de Kabardino-Balkaria, república del Cáucaso del norte, 10 meses después, cumplieron la amenaza de uno de sus líderes Zalim Tutov, muerto en combate en septiembre anterior.
Así se interpreta el asesinato del periodista Kazbek Kekkiyev, conductor del principal noticiario de la televisión local, cometido el miércoles por la noche en pleno centro de Nalchik, capital de esa república colindante con Chechenia.
Por desgracia, en nuestro país se ha cometido un nuevo grave crimen: el asesinato de un periodista. Se violó el mayor derecho de la persona, el derecho a la vida y, por su profesión, también el derecho a difundir información. Esto nos hace reflexionar acerca de qué tan efectivo es nuestro trabajo en defensa de los derechos de los ciudadanos
, declaró el presidente Vladimir Putin al reunirse con el comisionado para los derechos humanos en Rusia, Vladimir Lukin.
Tutov, en un video difundido el 13 de febrero de este año, prometió arrancar con un cuchillo la sonrisa de los periodistas que se divierten al informar sobre combatientes asesinados
.
Era clara alusión a Arina Zhiliasova y Aznor Attayev, presentadores del noticiario Vesti, quienes un par de meses antes sonrieron cuando daban la noticia de que habían muerto varios integrantes de la clandestinidad kabardino-balkariense.
“Perdón, ¿tú eres Kazbek Kekkiyev, el que sale en la tele?”, preguntaron anoche al periodista unos desconocidos, mientras conversaba en la calle con una amiga. Tras oír la respuesta afirmativa, se alejaron unos pasos y le dispararon a la cabeza dos veces.
Es lo que contó a la policía Safar Gueriyev, compañero de trabajo del asesinado, que lo acababa de dejar en su coche junto a la calle Kirov número 171, donde ya lo esperaba una mujer. Eran las nueve y cuarto de la noche, más o menos.
Kekkiyev, reportero él mismo, había sustituido en la presentación de Vesti a sus colegas amenazados, que salieron de la república por recomendación de las autoridades, pero no tenía cuentas pendientes con nadie en particular, por ejemplo, debido a algún material suyo contra las mafias locales.
Se limitaba a leer las noticias del día y a presentar los reportajes de otros, por lo cual su asesinato se asocia con la amenaza de los islamitas radicales.
Esta hipótesis cobró fuerza al conocerse que este jueves por la mañana estalló una bomba junto a la casa del viceministro de transportes y carreteras de Kabardino-Balkaria, Vladislav Diadchenko.
La explosión, de un artefacto colocado en la reja de la casa equivalente a 200 gramos de TNT, hirió al viceministro y a su chofer. Ambos tuvieron que ser hospitalizados.
Hace apenas tres días, también en Kabardino-Balkaria, una famosa curandera del poblado de Baksan murió acribillada en presencia de muchos pacientes.
Los investigadores se inclinan a pensar que la mató un grupo islamita radical, ya que la actividad de la mujer iba en contra de sus creencias. Se considera que el mismo grupo balaceó, dos días antes, una tienda de Baksan y dejó junto a la entrada una bomba con temporizador, con hora estimada para la llegada de la policía, que pudo ser desactivada.
Estos hechos indican que Kabardino-Balkaria –república con aparentemente menos inestabilidad que sus vecinos– tampoco está exenta de la violencia islamita radical, problema que tiene hondas raíces en el Cáucaso del norte.