Manila, 6 de diciembre. Unas 482 personas muertas, 379 desaparecidas, 437 heridas y cerca de 300 mil damnificados provocó el tifón Bopha, que azotó esta semana el sur de Filipinas, de acuerdo con un nuevo balance de las autoridades, que solicitaron ayuda internacional para enfrentar la emergencia entre la población y los graves daños materiales.

En Doha, Qatar, la representación de Filipinas pidió que todos los países aceleren la lucha contra el cambio climático tras la devastación sufrida por el tifón.

Hago un llamado a todo el mundo, a los dirigentes del mundo entero: abran los ojos y miren la realidad, señaló el jefe de la delegación del país asiático, Naderev Sano, ante delegados de más de 190 países.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ofreció al gobierno filipino enviar asistencia humanitaria y movilizar el apoyo internacional, ante los estragos de la peor tormenta de los últimos años que azotó la región meridional del archipiélago filipino. Asimismo, lamentó la pérdida de vidas y la destrucción de hogares e infraestructura provocada por el meteoro.

Los servicios de auxilio en Filipinas hallaron 258 cadáveres en la costa este de la isla de Mindanao y 191 cerca de las ciudades de New Bataan y Monkayo, región montañosa con muchas minas de oro, lo que propicia avalanchas, informó el general Bernardo Ariel, que coordina los servicios de socorro. La mayoría de las víctimas eran migrantes atraídos por la fiebre del oro.

El tifón entró en Filipinas el martes por la noche por el este de Mindanao, con vientos hasta de 210 kilómetros por hora y fuertes lluvias que causaron avalanchas e inundaciones en un frente de 700 kilómetros. Las zonas más afectadas son las localidades costeras y mineras del interior en las provincias de Valle de Compostela y Davao Oriental.

La mayoría de las víctimas fallecieron por las inundaciones repentinas durante la tormenta o aplastadas por avalanchas de tierra y árboles, indicó el Consejo Nacional de Manejo y Reducción de Riesgo de Desastres del país asiático.

No obstante, el organismo gregó que rescatistas hallaron algunos sobrevivientes agarrados a rocas cerca de New Bataan y a una mujer embarazada y su hijo en la ribera de un río.

Se estima que hay cerca de 300 mil damnificados y más de 250 mil dependen de ayuda para vivir, ya que requieren de agua, alimentos, ropa y albergues de emergencia.

Ante esta situación, el gobierno filipino solicitó ayuda a la Organización Internacional para las Migraciones, con sede en Suiza, para la construcción de refugios temporales, dijo la ministra de Asuntos Sociales, Corazón Soliman.

La presidencia filipina envió dos navíos cargados de alimentos y equipos de urgencia para las 150 mil personas que viven en la costa este de Mindanao, donde tres ciudades seguían aisladas.

Filipinas, tercer exportador de plátano, perdió además la cuarta parte de su cosecha debido al tifón. Fueron destruidas unas 10 mil hectáreas en las 42 mil plantaciones de banano en el país, informaron asociaciones del ramo.