El artista presenta exposición en el Museo Federico Silva de San Luis Potosí
habitables
Miércoles 12 de septiembre de 2012, p. 4
Desde que comenzó a trabajar la escultura, el artista Kiyoto Ota (Sasebo, Japón, 1948) ha tenido gran interés por esa parte íntima de las cosas que no se puede ver con facilidad, como la entraña de una roca. Siento cierta energía interior en esas masas
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Interiores es la exposición de Ota que alberga el Museo Federico Silva, Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, recinto que entra a una nueva etapa con la dirección de Enrique Villa.
Radicado en México desde 1972, Ota prosigue: “Durante mucho años he cultivado la esculturas en talla directa, en piedra como en madera. Mis reflexiones me llevaron a pensar que la energía interna de la masa es un elemento importante de la expresión en la escultura, aun tratándose de aquellas trabajadas en los dos materiales.
“Mis inquietudes sobre esa energía interna persistían. Percibí, entonces, que la escultura es ‘un recipiente’ que guarda dicha energía dentro. De ahí partió mi trabajo con las esculturas de hierro colado o fundido, al considerar que éstas son recipientes de la energía interna, cuyo interior es ahuecado, con esta técnica creo formas simples. Las concebí como variaciones de formas esféricas.”
Creador de uteruz
“Luego de mi labor en la escultura de hierro colado –explica Kiyoto Ota–, pensé en creaciones que me permitieran sentir de manera más directa esa energía interior. Para ello exploré otras formas de expresar esa energía”.
Para realizar su trabajo en madera, el artista se inspiró en un programa de televisión que abordaba problemáticas de tipo sicológico y físico en niños relacionadas con la sustitución de la madera en la construcción de escuelas por nuevos materiales.
El resultado fue “una obra que permite sentir corporalmente esa energía de la madera, al entrar en la escultura, convirtiéndola en ‘habitable’.
“Cambié la técnica del material macizo por tiras de madera ensambladas para que, de esta manera, la luz exterior pueda penetrar y fluir el aire libremente.
“La forma que utilizo, al igual que lo realizado en la escultura en hierro colado, es variante de la esfera.
“La esfera –asevera Ota– es una forma ideal, con la máxima capacidad para guardar la energía, y cuando se expande, la presión de la energía mantiene equilibrio.
“La atmósfera que logran crear estas formas, que, como apunté, son variantes de la esfera, así como la luz que penetra por las ranuras que produce el ensamblado, el aroma que despiden, nos hablan de la esencia de las diferentes maderas con las que trabajo y crean un ambiente de saciedad o de curación; incluso es como el recuerdo del interior del útero materno. Por ello llamo a varias de estas esculturas ‘uteruz’, palabra inventada por mí.”