Con el sabor de una derrota mayúscula, como la describió ayer, el dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, admitió en un primer balance que les faltó estar cerca de los ciudadanos, una buena comunicación, así como expresar con humildad y menos soberbia lo que defiende el panismo.

Aun con estos resultados de las elecciones del primero de julio, que llevaron a Acción Nacional de Los Pinos al tercer lugar, afirmó que se mantendrá al frente del partido hasta 2013, porque no es tiempo de abandonar el barco ni de generar un vacío. Para trazar las nuevas directrices convocó al Consejo Nacional del partido para el 11 de agosto.

Desde el domingo los más cercanos al presidente Felipe Calderón comenzaron a pedir la cabeza de Madero. En corto uno de ellos adelantaba: No sé cómo se venga la madriza en columnas. Va a ser muy difícil para él sostenerse, porque Josefina (Vázquez Mota) es responsable de los resultados de la presidencial, pero él es de todo.

No es tiempo de sacar cuchillos cebolleros

Madero planteó desde ayer, en entrevistas con diversos medios, que no es tiempo de sacar cuchillos cebolleros y empezarnos a reclamar culpas entre nosotros, sino de construir una agenda.

Durante el día, el dirigente estuvo encerrado en la sede del blanquiazul, donde hizo su primer corte de caja en reuniones con sus colaboradores: el resultado nos aleja de la Presidencia de la República y nos pone como tercera fuerza electoral, evaluó en radio.

Con el avance del Programa de Resultados Preliminares, los dirigentes de Acción Nacional vieron en qué se traduce ser tercera fuerza. Por ejemplo, figuras de peso, como el ex priísta Diódoro Carrasco, quien incluso comandó el equipo de Vázquez Mota antes de la campaña, se fue al tercer sitio en busca de ser senador. Recibieron con alivio los resultados en Benito Juárez, pero con congoja la confirmación de las derrotas en sus bastiones históricos, como Jalisco, o delegaciones como Miguel Hidalgo.

Madero prometió ser una oposición vigilante, pero colaborativa, con el priísta Enrique Peña Nieto, porque nuestra brega a la eternidad no claudica. Tampoco quiero decir que el PAN está acabado, sino echado para adelante, añadió.

El PAN, reiteró sus palabras del día anterior, ve con riesgo que las prácticas de gobiernos estatales se repitan en el ámbito federal, ya que el PRI es una medusa, es una red de intereses. La idea, dijo, es evitar más que una derrota política, una cultural.

Eludió definir si el presidente Felipe Calderón tiene responsabilidad en la derrota. No quiero personalizarlo en Vicente Fox o Calderón; son varias presidencias, gobiernos y diputados que hemos hecho o dejado de hacer.

Fue cuando reconoció que los panistas están en deuda con los mexicanos en el proyecto de transición democrática, porque no hemos logrado que llegue a la otra orilla del puerto.

Como Fox también está en la mira y de hecho un grupo de panistas pedirá el miércoles su expulsión del partido por haber apoyado al priísta Enrique Peña Nieto, adelantó que el ex presidente tiene todo el derecho de defenderse e incluso acudir a los tribunales electorales. Ofreció cuidar los derechos de unos y otros.

Las señales de la debacle electoral eran evidentes hasta en las oficinas del PAN, donde circulaban pocos empleados y no había ni café. Sillas y carpas puestas para celebrar estaban arrumbadas.

Vázquez Mota no acudió a la casa de Sacramento y siguió recibiendo visitas en su casa de Huixquilucan. Hubo más movimiento de algunos colaboradores de imagen y comunicación, que comenzaron a hacer los preparativos para desmontar la oficina.

En las oficinas de la casa del triunfo –como la bautizaron los panistas, porque ahí despacharon Fox y Calderón– llegaban más cobradores y prestadores de servicios para finiquitar su relación con la campaña.