Beneficiará a Monsanto, que quiere acaparar la plaza, dicen
Viernes 29 de junio de 2012, p. 19
El consumo per cápita de frijol cayó drásticamente en una década al pasar de 30 kilogramos a 12, además de que cada año se incrementa el precio. Mientras esto ocurre el gobierno federal, en lugar de promover ese cultivo básico, impulsa la siembra de productos transgénicos, como la soya, señalaron integrantes de la Campaña Sin Maíz No Hay País, que cumple cinco años de trabajo.
En conferencia de prensa, Adelita San Vicente, de la organización Semillas de Vida, sostuvo que con el permiso para el cultivo comercial de soya transgénica en seis estados del país se liberarán alrededor de 13 mil toneladas del producto que representan un riesgo para la apicultura y afectará a miles de productores de miel. Demandó a Monsanto y al gobierno federal que den a conocer los convenios de la venta en la materia.
Dijo que para la aprobación comercial del cultivo de esa semilla autorizada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) el pasado 6 de junio, no se tomaron en cuenta las opiniones negativas del Instituto Nacional de Ecología, de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Señaló que esos permisos benefician al monopolio de Monsanto, que busca acaparar el mercado del producto del país. Sus prácticas pretenden obligar a los agricultores a comprar sus semillas, lo cual significa un riesgo claro de endeudamiento para los pequeños agricultores
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José Herrera Vizcarra, de la Central Campesina Cardenista, consideró que se debe conseguir una producción nacional suficiente, no depender de las importaciones ni de las transnacionales para lograr el desarrollo de la agricultura.
Julieta Ponce, del Centro de Orientación Alimentaria, explicó que el frijol en combinación con el maíz es lo más eficiente de ingestión de proteínas vegetales. Aporta aminoácidos esenciales y carbohidratos.