Las remesas no sirven para resolver problemas de pobreza en las familias de los migrantes, ya que más de 80 por ciento de lo recibido se invierte en comida, ropa y gastos de la casa, y la capacidad de ahorro es mínima, según un estudio de la Universidad de Arkansas y la organización ACORN International.

A partir de entrevistas cualitativas a 60 personas de 17 colonias representativas –en términos de migración– del municipio de Nezahualcóyotl, estado de México, que reciben esa aportación de familiares en Estados Unidos, el investigador Nuno Solano, coordinador del proyecto, analizó el impacto económico y social de las remesas entre los recipendiarios.

De acuerdo con los resultados –presentados ayer ante la comunidad del municipio– señaló que las remesas son una solución a corto plazo cuyo costo social suele ser muy alto, cuando las familias se separan en aras de una mejor calidad de vida.

Según el investigador, 11 por ciento de la población indocumentada mexicana en Nueva York sería originaria de Ciudad Nezahualcóyotl.

La mayoría de los trabajadores son indocumentados y ello les impide abrir una cuenta bancaria, por lo que deben enviar el dinero a través de agencias que cobran altas tasas de interés.

Las agencias llegan a cobrar hasta 10 por ciento de interés del monto total, lo que provoca que los trabajadores demoren hasta tres meses en enviar dinero.

Otro hallazgo importante es el hecho de que uno de cada cinco migrantes que enviaba remesas y ha vuelto a México, ahora cobra dinero de otro familiar, frecuentemente de un hijo.

Es decir: se tiende a perpetuar el ciclo de migración en la familia y, por tanto, a recaer en los mismos problemas de ruptura familiar y pobreza estructural, apuntó Solano.

En contraste, las remesas sostienen la economía nacional, afirmó la investigadora Laura Juárez (Universidad Obrera de México), pues con ellas se abona al pago de la deuda externa, se fortalece la moneda nacional y permite la importación de una serie de bienes de lujo, sin que ello se traduzca en un cambio en las condiciones de pobreza de la población.

Esther Badillo, representante de ACORN International en México, aseveró que buscarán entregar los resultados del estudio a las autoridades municipales y a los representantes en Estados Unidos de esa organización para que sirvan como base para el desarrollo de iniciativas en favor de los migrantes y sus familias.