Reconocen gobernantes del G-20 importancia de gestionar riesgos como política de desarrollo
Los impactos económicos pueden volver a sumir en la pobreza a las personas, advierten
Domingo 17 de junio de 2012, p. 28
Los Cabos, BCS, 16 de junio. En 2011 las pérdidas ocasionadas por desastres naturales ascendieron a unos 380 mil millones de dólares, lo que demuestra que ningún país –rico o pobre– está a salvo de los peligros naturales. Por ello, existe la necesidad de hacer frente a esas pérdidas crecientes y obliga a los líderes a diseñar enfoques más activos en materia de gestión de riesgos y a adoptar decisiones más fundadas para evitar el surgimiento de nuevas amenazas, afirmó el Banco Mundial (BM).
Los líderes de las economías más grandes del mundo, reunidos en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), en Los Cabos, destacaron la importancia de la gestión del riesgo de desastres como componente de la política de desarrollo, y externaron su preocupación ante el incremento de las pérdidas provocadas por desastres naturales en los países desarrollados y en vías de desarrollo.
Cuando sobrevienen desastres naturales percibimos la tragedia del sufrimiento humano, pero los efectos menos visibles pueden ser igualmente devastadores para las personas
, señaló Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial.
Los impactos económicos de los desastres pueden volver a sumir en la pobreza a las personas y comprometer programas para los pobres, al obligar a los gobiernos a distraer recursos financieros. Todos debemos aprender de las experiencias de otros países y a la vez promover intercambios de conocimientos que contribuyan a crear capacidad de adaptación en todos los sectores de una economía
, destacó Zoellick.
En una reunión paralela con la Cumbre del G-20 y el BM dieron a conocer un informe conjunto titulado: Mejorar la evaluación de los riesgos de desastres para robustecer la capacidad de adaptación financiera, en el que se incluyen medidas adoptadas en países del G-20 y en otros países para proteger a su población y a sus activos frente a pérdidas causadas por fenómenos naturales desfavorables.
México, afirmó el BM, ocupa una posición de vanguardia en materia de atención de riesgos de desastres a través del uso de estrategias financieras innovadoras que respalden un eficaz sistema de protección civil y la reconstrucción de la infraestructura crítica.
El Grupo del BM recordó que trabaja con el gobierno de México desde hace muchos años, respaldando la sustitución de un enfoque basado en una respuesta posterior a un desastre por otro centrado en preparativos previos.
Un ejemplo al respecto es la emisión, por parte de México, en 2009, con asistencia del Banco Mundial, del primer bono soberano de protección frente a catástrofes de diversas fuentes, que permitió al gobierno mexicano adquirir en forma eficiente seguros paramétricos y transferir al mercado de capital un conjunto de riesgos de desastres provocados, principalmente, por terremotos y tormentas tropicales.
El reporte constituye el primer entregable bajo la agenda G20 de administración de riesgos de desastres
, señaló José Antonio Meade, secretario de Hacienda.
Resulta cada vez más claro que el extraordinario aumento, en todo el mundo, de las pérdidas provocadas por desastres es el resultado de un desarrollo incontrolado. Una rápida urbanización y la variación de las modalidades climáticas exacerbarán esa tendencia.
El G-20 reconoce la urgente necesidad de integrar la consideración del riesgo en todos los niveles de planificación del desarrollo, para robustecer la capacidad de adaptación financiera de las comunidades y las economías nacionales.
En el informe dado a conocer este sábado se destaca el papel crucial de la información en la esfera de la adopción de decisiones.