El proyecto turístico Cabo Cortés será replanteado con el objetivo de encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico de Baja California Sur y la sustentabilidad ambiental, anunció este viernes Hansa Baja Investment, la sociedad propietaria de ese desarrollo cancelado por el gobierno federal.

La retirada de la autorización no permite continuar con el desarrollo del proyecto Cabo Cortés tal y como estaba concebido, señala un comunicado difundido después de que el presidente Felipe Calderón anunciara la cancelación del megaproyecto, en Cabo Pulmo, uno de los arrecifes más importantes de México.

El comunicado establece que el anuncio de Calderón complementa el análisis exhaustivo elaborado de dicho proyecto, en el que se observa que las condicionantes de la manifestación de impacto ambiental establecidas por las autoridades mexicanas, hacen inviable la realización del proyecto en su idea original.

Recalcó que la compañía, conformada en su mayoría por inversionistas españoles, planteará un nuevo proyecto que estará bajo el asesoramiento de gestores cualificados en materia ambiental y con experiencia en proyectos similares en México y a escala internacional.

El nuevo proyecto, abundó, será compatible con la conservación y preservación de las condiciones medioambientales de la zona.

Directivos de Hansa Baja Investment no estuvieron disponibles para comentar sobre la cancelación, pero dijeron –vía telefónica desde Baja California Sur– que su postura sería difundida mediante la consultora Comunicación Llorente y Cuenca, en la ciudad de México.

Empresarios como Pablo Azcárraga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico, y Romárico Arroyo Marroquín, presidente de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos, no emitieron comentarios sobre la cancelación del proyecto, mientras que la Secretaría de Turismo y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo se mantuvieron ajenos al tema este viernes.

Ejemplo de legalidad y armonía

El proyecto ubica a Cabo Cortés a unos 50 minutos de distancia desde el aeropuerto internacional de Los Cabos y se preveía el desarrollo de infraestructura para usos habitacionales, de albergue y comerciales al interior de 55 lotes, con un máximo de casi 30 mil 700 cuartos.

Se proyectaba la construcción de un jetport, una terminal para aterrizajes y despegues acondicionada para aviones pequeños privados, una marina para 490 embarcaciones instalada sobre las dunas costeras, dos campos de golf y una desalinizadora.

Un documento de Hansa Baja Investment, disponible en su sitio en Internet, señala que el proyecto es un ejemplo de legalidad y armonía con el medio ambiente. Cabo Cortés es un proyecto muestra de desarrollo turístico sustentable, que logra el complejo equilibrio entre aprovechamiento de recursos naturales con su conservación, proyección y mitigación de impactos, dice el reporte.

La compañía no tenía dudas de que el proyecto significaba un desarrollo mexicano ejemplar que demostraba que la sustentabilidad por la vía de la legalidad ambiental sí se puede alcanzar.

Entre mayo de 2010 y junio de 2011, organizaciones no gubernamentales recopilaron reportes de la prensa española sobre irregularidades de Hansa Urbana, la firma ibérica que encabeza a Hansa Baja Investment, en temas como fraudes fiscales y renegociación de deudas con bancos por más de 250 millones de euros.