Una vez más los aspirantes presidenciales perdieron la oportunidad de anteponer la forma en que resolverán los problemas del país, pues los contenidos del segundo debate se limitaron a la exposición de propuestas, señaló Helena Varela, directora del Departamento de Ciencias Sociales y Política de la Universidad Iberoamericana (Uia).

Resaltó que aun cuando el formato del segundo encuentro daba opción para una mayor dinámica, los candidatos no lo aprovecharon. Debido a ello, según su poinión, este ejercicio no incidirá en la intención de voto, en particular de los ciudadanos indecisos, “quienes se guiarán más –subrayó– por ‘quién es el candidato que no quiero que gane’ y ‘por cuál puedo votar para que así sea”’.

Dijo que la dinámica de la abanderada panista, Josefina Vázquez Mota, de atacar a sus adversarios y a la vez dar propuestas, es entendible, porque ha perdido el segundo lugar.

El candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, fue a lo suyo, con sus propuestas de cambio y ahora no atacó a Enrique Peña Nieto, se mantuvo en su discurso. Esto puede ser bueno, pero con Vázquez Mota atacando (el perredista) necesitaba posicionarse.

En tanto que el priísta, resaltó la académica, se mantuvo a la defensiva y sin nada que nos sorprendiera, continuó con sus propuestas y su lema de que se compromete y cumple. Gabriel Quiadri fue repetitivo y poco creíble con su discurso de que es un ciudadano. 

De su lado, Luisa Béjar, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que los debates son un ejercicio benéfico para la democracia y para la creación de ciudadanía.

Indicó que el debate propuesto por el movimiento #YoSoy132 representa una oportunidad para que los aspirantes que participen presenten una vez más a los ciudadanos sus planteamientos.

Aunque, advirtió, un debate no puede cambiar el resultado de la elección, a menos que pase algo inesperado, lo que no sucedió este domingo.