Moscú, 11 de junio. La víspera de una nueva manifestación de protesta, a pesar de que ya tiene una ley que endurece el castigo por incumplir lo estrictamente autorizado, el Kremlin se planteó –con el abuso de los recursos del Estado y no pocas arbitrariedades, según denuncian los afectados– neutralizar hoy a algunos dirigentes del movimiento de inconformes.

Para ello, desde muy temprano, día feriado como parte del puente por el Día de la Soberanía de Rusia, que se celebra el 12 de junio, comenzó la realización simultánea de cateos en las casas y oficinas de Aleksei Navalny, bloguero y abogado que se dedica a investigar la corrupción en las corporaciones públicas; Serguei Udaltsov, líder del radical Frente de Izquierda, e Ilia Yashin, dirigente del liberal Movimiento Solidaridad.

También las viviendas de Boris Nemtsov, copresidente del liberal Partido de la Libertad del Pueblo y ex vicepremier de Rusia, y de Ksenia Sobchak, conductora de programas en la televisión independiente, exitosa empresaria restaurantera y ahijada de bautizo del presidente Vladimir Putin, de quien se ha distanciado públicamente, entre otras figuras de la oposición al Kremlin.

Como colofón, todos los afectados con revisiones recibieron citatorios para presentarse en la procuraduría este miércoles, a la misma hora que tendrían que estar haciendo uso de la tribuna como oradores en el mitin que cerrará la marcha de los inconformes.

Además, en un hecho sin precedente en la práctica de la justicia rusa, durante horas no se permitió la presencia de abogados en los cateos de sus clientes y éstos se realizaron asimismo en las casas de los padres de los implicados.

No se conoce –día feriado al fin de cuentas, nadie al teléfono para dar explicaciones– el número exacto de revisiones, que podrían afectar a 10 o más personas, pero se sabe que se llevaron a cabo bajo el pretexto de investigar la alteración del orden en el mitin del 6 de mayo anterior, que ya mantiene tras las rejas a siete jóvenes que lanzaron piedras o se agarraron a golpes con la policía.

Los representantes de la procuraduría decomisaron celulares de los implicados y sus cónyuges, dinero en efectivo, discos duros de computadoras, información en otros soportes magnéticos, documentos impresos y hasta DVD con fotografías familiares, se quejó Serguei Udaltsov.

Ksenia Sobchak escribió en Twitter: Son las 8 de la mañana; irrumpieron unos tipos, no me dejan vestirme, me están robando, me humillan.

Le decomisaron cerca de 2 millones de euros en efectivo, suma que la procuraduría considera sospechosa la víspera de una acción de masas, difundió un medio bajo control de las autoridades, y que en palabras de Sobchak es menor que sus ingresos anuales y guarda en casa al desconfiar de los bancos rusos.

Para unos, los cateos son exhibición de fuerza. Para otros, muestra de debilidad de las autoridades.

Al margen de su valoración emocional, arremetidas como ésta –con despliegue excesivo de efectivos de unidades especiales del Interior fuertemente armados– van a generar el inevitable efecto de radicalizar el movimiento de protesta, a la larga haciendo válido el dicho de que resultó peor el remedio que la enfermedad.

Por lo pronto, no obstante que algunos dirigentes del movimiento no podrán estar y muchos de los potenciales participantes salieron de viaje aprovechando el puente vacacional, este martes habrá manifestación y mitin en Moscú.

Porque otros opositores no dudarán en tomar el relevo y asumir la responsabilidad de coordinarlos.