Varsovia, 8 de junio. El racismo irrumpió a las primeras de cambio en la Eurocopa 2012, con las declaraciones del jugador holandés Mark Van Bommel explicando que el equipo escuchó gritos de mono en una sesión de entrenamiento en Polonia, por lo que se informó a los responsables del torneo.

Todos pudimos escuchar esas exclamaciones (durante un entrenamiento público en Cracovia), es algo que no se puede aceptar. Reaccionamos bien y el asunto se redujo, afirmó, en alusión a la decisión del seleccionador Bert van Marwijk de desplazar al plantel al otro extremo de la cancha para alejarse del foco de conflicto.

Durante el torneo, si uno solo de nosotros tiene que escuchar esos gritos, iremos inmediatamente al encuentro del árbitro para pedirle que intervenga, añadió el centrocampista del Milán.

La UEFA confirmó el pasado jueves que hubo protestas en el entrenamiento del cuadro de los tulipanes, pero desmintió que se tratara de un acto racista, sino que eran críticas hacia el propio organismo por no haber incluido a Cracovia entre las sedes del torneo.

Este viernes el organismo europeo señaló que había sido informado formalmente del incidente, pero que Holanda no había presentado una denuncia oficial.

Si se reproducen comportamientos así en las próximas sesiones de entrenamiento la UEFA estudiará las medidas a tomar para proteger a los jugadores, afirmó en un comunicado.

Los organizadores locales apuntaron que se trata de un percance aislado y que no era justo hacer generalizaciones ante el comportamiento ejemplar de miles de aficionados.

Una persona entre 25 mil no puede arruinar la fiesta. Vamos a seguir este tipo de incidentes de manera muy atenta, declaró Marcin Herra, jefe de los organizadores polacos.

Hablaremos de eso tranquilamente con la UEFA para conocer cómo fue todo y evitar la escalada de este tipo de situaciones, indicó Herra.

Según la ministra polaca de Deportes, Joanna Mucha, el incidente fue eclipsado por 24 mil hinchas que no lo apoyaron y que se enfrentaron a un pequeño grupo.