Domingo 3 de junio de 2012, p. 38
Milán, 2 de junio. En su segundo día de visita a Milán, el papa Benedicto XVI reafirmó este sábado a los sacerdotes y religiosas reunidos en la catedral que el celibato pertenece plenamente a su vocación, cuando las voces se multiplican en la Iglesia para que se permita el matrimonio sacerdotal.
En aquellos y aquellas que consagran su vida a la vocación religiosa, "el signo luminoso de la caridad pastoral y de un corazón unificado es el celibato sacerdotal y la virginidad consagrada", dijo ante cientos de sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos y seminaristas.
“Sin ninguna duda, el amor de Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere una significación particular para el sacerdote soltero y por aquel o aquella que respondió a la vocación de la vida consagrada: es sólo y siempre en Jesús que se encuentran la fuente y el modelo para repetir cotidianamente el ‘sí’ a la voluntad de Dios”, agregó el Papa, hablando con voz firme e improvisando a veces.
A su llegada, el Papa había saludado con afección
los tres últimos cardenales arzobispos de la poderosa Iglesia ambrosiana
(fundada por San Ambrosio) de Milán.
Los tres, grandes personalidades de la Iglesia, son el actual arzobispo Angelo Scola, muy allegado a él y de los más citados como posible Papa; el cardenal Carlo María Martini, jefe de la tendencia liberal de la Iglesia y citado en el pasado como posible sucesor de Juan Pablo II, y Dionigi Tettamanzi, que hasta el año pasado fue arzobispo de Milán.