Medida desafortunada e inamistosa
, expresa especialista
Sábado 2 de junio de 2012, p. 19
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) manifestó su preocupación por el incremento en el número de casos de viajeros mexicanos a quienes se les niega el ingreso a España, con el argumento de que no cumplen con ciertos requisitos administrativos establecidos por el gobierno de aquel país.
En un comunicado, la dependencia señaló que el hecho de que los turistas sean rechazados y retenidos a su llegada a los aeropuertos de Madrid y Barcelona, y posteriormente repatriados a México, no refleja los excelentes niveles de amistad y cooperación
que existen entre ambas naciones.
Por ello, enfatizó, el gobierno mexicano ha planteado el tema en los diversos contactos bilaterales de alto nivel que se han tenido en días recientes, donde ha insistido en la necesidad de encontrar una solución a este problema, ya que la mayor parte de los visitantes nacionales buscan realizar actividades turísticas, académicas, de negocios o rencontrarse con familiares, por lo que estos requisitos no debieran ser aplicables.
Las autoridades españolas, por su parte, se han ofrecido a atender el asunto con urgencia para evitar retenciones injustificadas en los aeropuertos, afirmó la cancillería, que llamó a los viajeros a España a informarse de manera oportuna sobre los criterios migratorios de esa nación, para prevenir rechazos.
A propósito de este tema, Eduardo Rosales, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México en relaciones internacionales, señaló que la exigencia de una carta de invitación es una medida inamistosa, desafortunada, discriminatoria y hasta incongruente con la crisis colosal que vive España, que tiene más de 25 por ciento de desempleo
.
El hecho de exigir requisitos de entrada como tener boleto de viaje redondo, comprobar solvencia económica e incluso demostrar que los turistas tienen una verdadera relación con la gente que los invita, no atiende a criterios de seguridad reales, y sólo muestra una grave falta de coordinación entre autoridades de España, afirmó el académico en entrevista con La Jornada.
Esta medida, agregó, se aplica desde hace casi dos años, y causó que 260 turistas mexicanos fueran repatriados en 2011, lo que contrasta con los 280 mil españoles que ingresaron a México ese mismo año sin ningún problema.
Cada país tiene absoluto derecho de establecer las medidas que le parezcan convenientes, pero se avisa, y más a un país con quien se tienen fuertes vínculos de comercio y amistad, como México
, indicó Rosales, quien lamentó la falta de cumplimiento del canciller español para solucionar el problema en 24 horas.