Aguasangre, de la dramaturga Estela Leñero, se presenta en el Centro Nacional de las Artes
La mujer siempre se ha sacrificado por el bien de alguien más, dice la directora Gema Aparicio
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 4
La obra Aguasangre, escrita por la dramaturga Estela Leñero, entreteje la mitología animista prehispánica al retomar el simbolismo de la diosa mexica del agua Chalchiuhtlicue y la práctica de la corrupción como una forma casi natural para sobrevivir en México.
La idea es reflexionar en torno de dos ejes: por un lado, la búsqueda y cuestionamiento de la trascendencia, la espiritualidad, la vida después de la muerte, el alma y el cuerpo, y por otro, contrastar esa búsqueda con la realidad concreta del mundo de la corrupción, a través de un elemento de la policía judicial que asesina a su esposa y el tráfico de réplicas de piezas arqueológicas, explicó la dramaturga a La Jornada.
Entre lo onírico y el thriller, se trata de un texto, continúa la autora, en el que quise asociar el agua con la mujer, con el sacrificio de las mujeres. En el caso de la diosa, el sacrificio para tener agua, lluvia; pero como también en el presente sigue ocurriendo lo mismo: cuántas mujeres sacrificadas existen en nuestra sociedad para continuar viviendo o, en todo caso, la creencia de que el sacrificio de las ellas genera la vida
.
Defensa y rebelión
En Aguasangre, en cierto momento la historia se trastoca y la mujer que debería sacrificarse se defiende y rebela para resurgir con una conciencia fortalecida.
Para Gema Aparicio, directora de la puesta en escena, el sacrificio de la mujer se ha dado en todos los tiempos. La mujer siempre se ha sacrificado por el bien de alguien más. Y en nuestro presente las mujeres siguen siendo violentadas
.
En Aguasangre se entrecruzan dos historias. La de una pareja integrada por un joven artista que se dedica a realizar detalladas réplicas de piezas prehispánicas, que luego venderá en el mercado negro, donde son consideradas originales. Un apasionado escultor que cree que sus obras pueden ser contenedores simbólicos o espirituales de las almas en tránsito
y su esposa, una compositora bloqueada creativamente, luego de la muerte de su bebé, que tiene el afán de viajar a un cenote sagrado en busca de su propio ser. Ambos se verán involucrados con un policía judicial que ha asesinado a su cónyuge.
La obra de Estela Leñero, explicó Gema Aparicio, “todo el tiempo habla de agua, por lo que vimos la necesidad, junto con la escenógrafa y también encargada de la iluminación, Patricia Gutiérrez, de hacer referencia a ese elemento. De ahí que la puesta en escena integra la figura de un cenote sobre el escenario, como origen de la vida y la muerte, pensando en la posibilidad de un viaje al interior, en la posibilidad del arriba y el abajo, y poder salir victorioso después de ese viaje.
Como directora me interesan mucho las sensaciones, sobre todo que el público se quede con aquéllas
, aseveró Aparicio.
Con las actuaciones de Jorge Zárate, Sonia Cohou, Violeta Sarmiento, Esteban Soberanes, Ricardo Esquerra y Celia de Juan, coreografía de Ruby Tagle, video de Alan Kerriou y música original de José Navarro, integrante de la Banda Elástica, la obra Aguasangre es producida por el Festival Internacional 5 de Mayo de Puebla y el Centro Nacional de las Artes (CNA).
El montaje se presenta en el Foro Experimental del CNA, los viernes, a las 20 horas, sábados, a las 19 y domingos a las 18 horas, en Calzada de Tlalpan, esquina Río Churubusco, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro.