La persistencia de niveles de desempleo y subempleo que no logran mejorar respecto de los niveles previos a la crisis se mantiene como limitante de una expansión sostenida del ingreso y del gasto doméstico en México, sostuvo este miércoles BBVA Bancomer.

Desde el primer semestre de 2009, en la fase más aguda de la última crisis, la economía mexicana ha generado un millón 645 mil empleos, expuso Julián Cubero, economista en jefe de análisis macroeconómico México de BBVA Research, el servicio de estudios del Grupo BBVA. Cada año, de acuerdo con cifras oficiales, se incorporan cerca de un millón de jóvenes a la población económicamente activa.

El empleo en el sector formal privado representa 30 por ciento del total de la economía. Sin embargo, la composición de este empleo por niveles de salario mínimo sigue sesgada hacia los estratos más bajos: 45 por ciento de los empleados perciben hasta dos salarios mínimos, mientras menos de 10 por ciento perciben más de cinco salarios mínimos, de acuerdo con la publicación Situación México, elaborada por el intermediario financiero y presentada este miércoles por Cubero.

La informalidad sigue teniendo gran peso en el empleo. Según la publicación, el porcentaje de los ocupados en el mercado informal sigue en niveles cercanos a 30 por ciento del total, mientras otros indicadores del mercado laboral, como la tasa de desempleo y el subempleo o la de condiciones críticas de ocupación (que trabajan menos de 35 horas a la semana por condiciones de mercado) muestran también resistencia para alcanzar los niveles previos a la recesión de 2009.

Las características estructurales que presenta el mercado laboral siguen siendo una limitante a la expansión sostenida del ingreso y del gasto doméstico, consideró Bancomer.

Factores como una baja inflación y el aumento del empleo formal han contribuido a mejorar la demanda de bienes y servicios de las familias, de la mano de una mayor oferta de crédito a tasas estables, expuso Cubero. La renta disponible de los hogares, sobre todo los que tienen ingresos procedentes del sector formal, y condiciones financieras que apoyan el crecimiento, justifican la fortaleza de la demanda doméstica, dijo.

En el primer trimestre de este año, el salario medio, medido en términos reales –descontado el efecto de inflación– tuvo un incremento de 0.4 por ciento, similar al del último trimestre de 2011.

Los indicadores más relacionados con la demanda interna como las ventas al menudeo y el ingreso del sector servicios (sin comercio) han mostrado mayores tasas de crecimiento anual en este comienzo de año.