El lunes próximo el candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano darán a conocer una propuesta conjunta sobre política energética, la cual estará basada en tres grandes lineamientos: no se privatizará Petróleos Mexicanos (Pemex), se utilizará la paraestatal como palanca de desarrollo y se reducirá el precio de los energéticos.

Antes de viajar a la ciudad de Chihuahua el candidato presidencial reiteró su negativa a privatizar Pemex, pues es de la nación y del pueblo. Al preguntarle si la propuesta de la izquierda acepta la participación de las empresas privadas, dijo que sí, pero en los rubros de adquisiciones, compras y contratación de servicios. A la fecha las compañías extranjeras se benefician de los contratos con Pemex en una proporción de 80 por ciento, contra el 20 restante de las mexicanas.

En su conferencia de las siete de la mañana se refirió a la corrupción corporativa de los sindicatos y a los derechos laborales. Expresó que si gana la Presidencia se va a respetar todo lo que tiene que ver con la organización de los trabajadores y no va a haber cacicazgos en Pemex ni en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

–¿Los días de Carlos Romero Deschamps (dirigente del sindicato petrolero) están contados? –se le preguntó.

–Si así deciden los trabajadores. El gobierno va a ser respetuoso de la decisión de los trabajadores. Vamos a impulsar la democracia sindical, no se va a proteger a los dirigentes sindicales corruptos, como se hace en este gobierno.

Al abordar el tema de los transportes privados utilizados por Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto en sus respectivas giras, calificó esa acción de ofensa para los mexicanos, pues se vive una aguda crisis nacional.

Con dureza, expresó que sus contrincantes permanecen lejos de las necesidades de la población. Son iguales. El pueblo, para ellos, es escenografía. Así son éstos. Si no han sentido hambre, si no han convivido con el pueblo, ¿cómo pedirles que cambien? Pero, bueno, hay que respetar, entender que no podemos ser iguales.

Respecto del debate del 6 de mayo, descartó prepararse de manera especial. Todos los días estoy haciendo propuestas. ¿Para qué me voy a preparar si lo que voy a decir es lo que les digo a ustedes? Para una introducción de minuto y medio, ¿quién se va a preparar? Eso sólo alcanza para decir amigas y amigos.

Aseguró que, por su parte, no habrá guerra sucia. Vamos a presentar propuestas. En el debate voy aprovechar que habrá difusión nacional, porque yo aquí hablo y hablo y sale poquito (en los medios).

Se disculpó con los consejeros del Instituto Federal Electoral por la crítica a su trabajo entorno a los gastos de la campaña de Peña Nieto.

“No es ninguna aversión –a los consejeros–, no es posible que un periódico haga la investigación sobre los aviones y en el IFE no se diga nada. En el instituto existe una oficina de fiscalización, y el trabajo lo hace un periódico.”