bril es el mes más cruel, dice el poeta. Se acaba, se va. Quedan muy pocos días de campaña, dicen los operadores, se lamentan los adherentes, simpatizantes, groupies, sicofantes y publicistas imaginarios que siguen los pasos de Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador; sin excluir a la cauda menor de Gabriel Quadri, porque donde hay poco también hay menos competencia y mayores esperanzas. Pero como el inicio de campaña en Semana Santa, el segundo tercio empieza el Día del Trabajo. Y sigue el 5 de mayo.

Los días de guardar sirvieron para que los candidatos a la Presidencia de esta República laica y democrática fueran a misa papal a los pies del cerro del Cubilete; para que acudieran ante los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en memoria de las conjuras de notables en La Profesa y como anticipado pago de diezmos modernos de la democracia sin adjetivos a la teocracia. De lo del César, ni hablar. Evocaría el cesarismo sexenal, fantasma que atemoriza a la derecha y a la izquierda, que une los extremos de ambas: milagro que en Guadalajara, donde es candidato a gobernador de Jalisco el sacristán del cardenal Sandoval, López Obrador ofreciera revisar el caso del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, después de reunirse con el cardenal José Francisco Robles.

Justicia y no venganza. Sea. Pero el amor es ciego y el candidato de incuestionable conciencia social y tozuda desconfianza en los señorones del poder manifestó plena confianza en que la Iglesia será imparcial en la elección, en que ellos, los de la jerarquía, no van a actuar de manera partidista. Reverdeció la higuera de Felipillo santo. Una beatífica sonrisa en el rostro del presidente Calderón al pregonar el milagro de la migración cero; de los mexicanos que ya no se van de mojados porque aquí, dice, encuentran empleos y mejores condiciones de vida. La mano santa. No importa que los organismos no gubernamentales precisen que la variable migratoria se debe a la recesión de aquel lado y allá es más difícil encontrar trabajo, que la migra apretó el puño y la represión junto a mayor vigilancia; que navegar el desierto de acá de este lado es ya mucho más peligroso que del otro lado del Bravo, que los agentes mexicanos de Migración han sido cómplices de secuestro y trata de personas, contra migrantes centroamericanos y de sus propios paisanos.

No crece la sólida economía, no crea empleos; el bono demográfico se tradujo en tragedia al incorporarse millones a la fuerza de trabajo y no encontrar empleo formal, tener que ocuparse en la economía informal o quedar al garete en espera del milagro. Porque estos son tiempos de milagros. Los propios de la era del espectáculo, como el que invocó Vicente Fox para salvar del desastre y la derrota a Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN. Más tardó Fox en abrir la boca que llenársela de arena alguna de las 11 mil vírgenes. Encuentro casual del de Guanajuato y la promotora del bien que añora su infancia: cuando no temían a los policías y los niños jugaban en las calles (los no tan lejanos años de Díaz Ordaz y Echeverria, nada menos). Y se hizo el milagro: Fox besó la mano de doña Josefina; Gustavo Madero volvió a su escaño senatorial y a bailar en las calles para pedir votos para la candidata del PAN.

Se acaba abril. 1º de mayo, Día del Trabajo. Nada qué festejar en el santoral de los que están en el poder. Visión empresarial de productividad y descanso programado; fines de semana largos. Pero estallan las huelgas en el mundo entero. En la Unión Europea, donde impera la canciller de Alemania, Angela Merkel, ama y señora de los ajustes fiscales; del Pacto de Austeridad Fiscal con el que repiten la vieja receta del fracaso: la misma medicina a la misma hora; aunque muera el paciente, como sucedió en Grecia, como está por pasar en España: Es innegociable, dicta frau Merkel ante el proyecto de Francois Hollande, favorito en la segunda vuelta de la elección presidencial en Francia, que propone añadir al pacto un anexo sobre crecimiento.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, ama y señora de los ajustes fiscales en Europa, en imagen del pasado miércolesFoto Ap

Más de 5 millones de españoles desempleados y Mariano Rajoy, el que apuesta por lograr el déficit cero, subirá el IVA Salud, Francisco Gil, vicepresidente económico, santo patrón de la parálisis de la alternancia. No crece la economía y aumenta el número de pobres. Pero no hay marchas obreras para llamar a la huelga general. Día del Trabajo, sin trabajo y sin movimiento obrero organizado. Suena mal, lleva a recordar el entreguismo oficialista del priato tardío, la mansedumbre del Congreso del Trabajo, reducido a petroleros y electricistas sometidos por la gerontocracia de las minorías.

Queda la chispa de los mineros, víctimas de la prepotencia patronal y de la estulticia gubernamental. Viudas, hijos y familiares de los enterrados en un socavón de Pasta de Conchos, en Coahuila, mina que prefirió cerrar la empresa, el déspota dueño, Germán Larrea, antes que cumplir y rescatar los cadáveres. La comunicación global transmitió el rescate de mineros en Chile, país gobernado por la derecha; y hace muy poco, en Perú, vimos rescatar mineros atrapados; sin recursos, sin equipos de alta tecnología, pero con voluntad y conciencia social. Para vergüenza de nuestra pobre República. De la corte de los milagros, donde harán senador por el estado de Puebla a uno de los dos secretarios del Trabajo, mozo de estribo de los patrones en Pasta de Conchos, en Lázaro Cárdenas, en Cananea.

Sigue el 5 de mayo, en plena campaña electoral para confirmar lo dicho por Martín Luis Guzmán: los políticos mexicanos sólo conjugan el verbo madrugar. El 6 de mayo debatirán en el ágora electrónica Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri. Pero el 5 de mayo, la víspera, madrugan los cortesanos y sicofantes de Rafael Moreno Valle, gobernador poblano y ya aspirante a la Presidencia en 2018. No hay buenos augurios para la precipitación: en el IFE discutieron y resolvieron reglas, modos y tiempos del debate. En el mundo del revés, el PRI insistió en que ninguno pudiera tener en el atril ni un papel, tarjetas, celulares, carpetas, iPads... nada.

El tropezón, desliz diría él, de Enrique Peña Nieto en Guadalajara, exhibió inesperada debilidad en el que lleva la delantera: “necesita teleprompter”, o auxiliarse con un chícharo en el oído para que le soplen. Lo va a arrollar el verbo tropical de López Obrador, dijeron. Y ahora resulta que los representantes del PAN no pidieron milagro, pero sí la ayuda de documentos y datos para consultar, confirmar lo propio o refutar al adversario. ¿Sería por los mareos de la señora Josefina? El sismo, el pasmo, fue porque exigieron lo mismo quienes representan a López Obrador.

PAN y PRD lograron que se pudiera tener datos y documentos en una caja al pie de cada sitio. Por sabido se calla que quien va atrás en las encuestas o augurios quiera tantos debates como sea posible. O más. No hay ganador definido en los debates; pierde el que comete un error garrafal, exhibe debilidad o torpezas flagrantes. ¿Quién entiende por qué el PRI pide que cada quien se atenga a su propio verbo, y quienes vieron el punto débil de Peña Nieto en el debate sin auxilio alguno, pidan el uso de ayudas de memoria?

Dice el filósofo de Güemes: Si el que va adelante no agarra la liebre...los de atrás, menos. Será por eso.