El Senado ratificó el nombramiento del panista Francisco Ramírez Acuña como embajador de México ante España, luego de una ríspida discusión, que dividió a la bancada del Partido de la Revolución Democrática y confrontó ante el pleno a sus integrantes.

El senador perredista Pablo Gómez pidió rechazar ese nombramiento, no sólo porque la embajada en Madrid se ha convertido en agencia de colocaciones de los amigos del presidente Felipe Calderón, sino sobre todo por la postura que un día antes Ramírez Acuña manifestó ante legisladores y prensa, al afirmar que actuaría como puente entre los gobiernos de España y Argentina en torno al caso Repsol.

Gómez recalcó que fue una declaración imprudente, que da cuenta del desconocimiento de Ramírez Acuña de los principios históricos de la política exterior mexicana.

Recalcó que no es un problema entre los gobiernos de Argentina y de España, como pretende el presidente Mariano Rajoy, y no se debe ratificar como representante diplomático a quien secunda esa postura imperialista, que trata de influir en la decisión soberana de una nación sobre su petróleo.

El panista Rubén Camarillo refutó al perredista y negó que Ramírez Acuña hubiera declarado su disposición de mediar en el caso Repsol –como lo registró incluso el Canal del Congreso–, pero fue el coordinador de la bancada del sol azteca, Carlos Navarrete, quien se confrontó con Gómez Alvarez.

Francisco Ramírez Acuña rinde protesta en el Senado tras ser ratificado en el cargo de embajador en EspañaFoto Guillermo Sologuren

A contracorriente de lo expresado por este último, Navarrete dijo que era simplista sostener que Ramírez Acuña fue nombrado embajador sólo por ser amigo del Presidente, y adelantó que votaría a favor, ya que es un hombre de trayectoria, de altura y con experiencia política.

Agregó que su voto a favor era además por cortesía parlamentaria, ya que ambos presidieron las cámaras del Congreso.

Otros panistas, así como el perredista José Guadarrama y el priísta Carlos Jiménez Macías, defendieron también a Ramírez Acuña. Pablo Gómez les respondió que trivializaron el debate, ya que lo discutible es una relación de supeditación al gobierno español y enviar a un embajador que actuará, según sus propios dichos, como abogado de Rajoy.

Pidió que el Senado actuara con congruencia, pero el nombramiento se ratificó con 85 votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones.

Ramírez Acuña rindió protesta y, al final, en entrevista, negó que un día antes hubiera aludido a actuar como mediador entre los gobiernos de Rajoy y Cristina Fernández. Sostuvo que tampoco afirmó que hubiera un conflicto.