Las armas nacionales se han cubierto de gloria, es la frase que trasciende un periodo histórico marcado por la disputa entre dos proyectos de nación.

La constante polémica política entre liberales y conservadores rondó durante la presentación del libro El imperialismo napoleónico y la monarquía en México, coordinado por la historiadora Patricia Galeana y coeditado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Senado de y Siglo XXI Editores.

El volumen surge en un momento de reflexión por el aniversario 150 de la batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 1862.

Un grupo integrado por 26 especialistas ahondaron en el momento de la Segunda Independencia de México, como alguna vez expresó Benito Juárez.

Sesenta y dos días de sitio

Traer a la memoria el conflicto entre el gobierno del Benemérito de las Américas y la irrupción del imperio francés, encabezado por Luis Napoleón Bonaparte, hace reflexionar, expresó Adalberto Santana, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM.

El Cerro de las Campanas, en el estado de Querétaro, lugar del fusilamiento del archiduque Maximiliano de Habsburgo, donde ahora se ubica la universidad estatal, representa una de las herencias, ahí donde fueron derrotadas las fuerzas intervencionistas, hace reivindicar la alternativa de la educación y recobrar para la memoria histórica que ésa es la vía por la que debemos solucionar los problemas de violencia, que en aquel momento eran un fenómeno generado por la intervención extranjera.

Una amplia gama de temas motivan la investigación, semblanzas de los monarquistas, encabezados por el arzobispo Pelagio Antonio Labastida, y en contraparte, del héroe Ignacio Zaragoza, la historia de las ideas que caracterizaron la Ilustración, los 62 días de sitio a la ciudad de Puebla que siguieron a la batalla, el triunfo de Napoleón III sobre la naciente República Mexicana, la solidaridad latinoamericana, así como las relaciones de la Iglesia con el nuevo gobierno y, por supuesto, la figura del emperador Maximiliano y Carlota. De igual manera aparecen en análisis aspectos jurídicos, periodísticos y culturales.

Las paradojas de la historia también emergen, por ejemplo, que el triunfo de la República, encabezado por la entrada triunfante del general Porfirio Díaz a la ciudad de Puebla el 2 de abril de 1867 era la efémeride recordada, la cual cambió después de la Revolución Mexicana, en el siglo XX, por lo que se dio mayor importancia a la conmemoración del 5 de mayo, fecha que incluso es más significativa y de mayor simbolismo para comunidades de mexicanos en el extranjero.

Además, que el héroe de la batalla, el general Zaragoza, nació en Texas, el territorio perdido en otra de las derrotas ante la invasión extranjera. Y que frente a la mudanza del emperador a Chapultepec, se construyó el Paseo de la Emperatriz, después Paseo de la Reforma, donde justamente ahora se ubica el Senado.