Se anticipa una amplia aprobación, con respaldo de opositores
El radicalismo acusa al gobierno de connivencia
en el vaciamiento de utilidades de la petrolera, orquestado por Repsol y Petersen
Jueves 26 de abril de 2012, p. 29
Buenos Aires, 25 de abril. El Senado argentino debatía este miércoles un proyecto del Ejecutivo para concretar la expropiación de 51 por ciento de la petrolera YPF, la principal empresa del país sudamericano controlada por la española Repsol, que fue intervenida por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En el comienzo del debate, cuya duración se prolongó hasta la medianoche del miércoles, el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, el oficialista Marcelo Fuentes, dijo que la expropiación de YPF marca un punto de inflexión, una bisagra histórica
para el país.
Hasta el cierre de esta sección se anticipaba que la propuesta de la presidenta Cristina Fernández sería aprobada con un amplio número de votos del Senado, donde el oficialismo tiene mayoría y contará con el apoyo de aliados y de las principales fuerzas de oposición.
Igual resultado para la iniciativa se espera la semana próxima cuando se haga la votación de la Cámara de Diputados, también dominada por el gobernante peronismo y respaldada del mismo modo por opositores.
La discusión legislativa se produce en medio de un férreo rechazo de España a la iniciativa, así como del resto de la Unión Europea, Estados Unidos y algunos organismos internacionales.
A su vez, Gerardo Morales, jefe del bloque del radicalismo, la mayor fuerza opositora en el Congreso, dijo que su bancada apoyará la iniciativa gubernamental y votará a favor, conscientes de la decisión que tiene que tomar hoy el país
.
Sin embargo, Morales sostuvo que hay connivencia del gobierno en el vaciamiento de YPF
, ya que el Ejecutivo sabía que Repsol (que tenía 57.4 por ciento del capital de la firma) y el grupo (argentino) Petersen (25.4 por ciento del capital) iban a terminar de vaciarla con el reparto de 90 por ciento de las utilidades, y no actuó en consecuencia
.
Argentina justificó la expropiación al señalar que YPF ha reducido sensiblemente su producción y las inversiones, lo cual obligó al país a importar hidrocarburos por 9 mil 300 millones de dólares en 2011, monto que se prevé alcanzará 12 mil millones este año, cuando tiempo atrás el país se autoabastecía.
YPF, principal contribuyente del fisco argentino, fue privatizada en 1992 y siete años después Repsol asumió el control, hasta que el pasado 16 de abril el gobierno de la presidenta Fernández de Kirchner ordenó la intervención en la principal petrolera del país, con fines de expropiación.
La decisión provocó el enojo de la empresa Repsol y del gobierno español, que en represalia restringió las compras de biodiésel argentino y analiza limitar sus importaciones de soya. La Unión Europea también reprochó la decisión y adelantó que iniciaría un proceso ante la Organización Mundial de Comercio.
La petrolera Repsol aseguró el martes, en un aviso pagado en la prensa, que invirtió en su filial YPF más de 20 mil millones de dólares entre 1999 y 2011.
En otra comunicación difundida este miércoles, Repsol admitió que redujo su producción 12 por ciento, aunque sostuvo que la disminución fue menor a la de sus competidoras en Argentina.
Al respecto, el ministro argentino de Economía, Hernán Lorenzino, sostuvo el miércoles, en declaraciones a una radio de Buenos Aires, que 15 por ciento de las ganancias de Repsol provenían de YPF, pero sólo dedicaban 0.2 por ciento a explorar
nuevos yacimientos en el país.
Entre 1998 y 2011, YPF explica el 54 por ciento de la caída de la producción de petróleo y 97 por ciento de la caída de la producción de gas en Argentina, considerando que gran parte de nuestra energía eléctrica se abastece de gas
, dijo Lorenzino al responder al desplegado de Repsol titulado: Es falso que YPF haya reducido su producción de petróleo y gas más que el resto de las compañías
.
La producción petrolera mostró una curva descendente desde 2001 (46 millones de metros cúbicos), que se agravó en 2008 (37 millones), 2009 (36 millones), 2010 (35 millones) y 2011 (34 millones de metro cúbicos), según el Instituto Argentino de Petróleo.